Durante el siglo XIX, Estados Unidos comienza a dar a conocer sus primeras manifestaciones del proceso imperialista que afianzará al iniciar el siglo XX, a partir de políticas exteriores con las cuales pretende extender su dominio, poder e intervencionismo en diferentes espacios geográficos del mundo.
En este capítulo se estudian algunas intervenciones que Estados Unidos realizó durante las primeras décadas del siglo XX en de América Latina y el Caribe. De igual forma, se analiza el desarrollo de la depresión económica de 1929, que se desata en Estados Unidos y la incidencia que tuvo este acontecimiento a nivel mundial y en Colombia.
Desde 1923, cuando surge la Doctrina Monroe, Estados Unidos inicia sus aspiraciones de dominio y expansión en el continente americano, teniendo supuestos intereses comunes de seguridad y protección hacia todos los países de América Latina y la región del Caribe, quienes se encontraban constantemente amenazados en primer lugar por la presencia europea, luego por los países comunistas y más tarde por los Estados y movimientos terroristas. Por lo tanto era inminente la defensa y el resguardo de la “seguridad nacional”.
Por otro lado, se sustenta la vocación expansionista de Estados Unidos a través de la teoría del Destino Manifiesto, elaborada por John L. O´Sullivan, en la cual se tenía la firme convicción de convertirse en una potencia mundial y expandirse por todo el continente americano, es decir, Estados Unidos conquistará y anexará todas las tierras posibles del continente.
Además, este expansionismo territorial también se justificaba a partir de la Teoría del derecho natural que sostenía que la intervención de Estados Unidos era una causa de toda la humanidad, por lo tanto sus guerras y sus conquistas eran justas y válidas.
A partir de estas doctrinas Estados Unidos, fortalece su expansionismo durante las últimas décadas del siglo XIX, cuando experimenta una serie de cambios estructurales en su economía con la transformación de un sistema agrario por un sistema industrial.
Esta situación incrementa la producción manufacturera e impulsa la demanda de materias primas y combustibles, que en buena parte son adquiridos en los países latinoamericanos y en la región del Caribe.
Para finales del siglo XIX, Estados Unidos, ya se posesionaba como una gran potencia industrial, además de contar con una poderosa marina de guerra, con posesión de bases e importantes vías marítimas y fluviales. Todas estas condiciones fortalecen su fase imperialista disputando y relegando a otras potencias mundiales.
Es así como a finales del siglo XIX, se afianza la dominación imperialista de Estados Unidos principalmente con intervenciones en América Central y el Caribe, puesto que este espacio geográfico es considerado desde esta época como la zona natural de mayor influencia.
Política exterior estadounidense hacia América Latina y la región Caribe
Con el fin de afianzar su expansión y dominio en Latinoamérica y la región del Caribe, Estados Unidos aplicó una serie de políticas exteriores con características imperialistas tales como:
Política del panamericanismo
La política del panamericanismo se dio a partir de una serie de reuniones de los países de América en congresos y conferencias, en las cuales se expresaba la intensión de favorecer una política de unión entre las Américas. Durante estos encuentros, se invitó a los países latinoamericanos a reducir sus tarifas al comercio exterior y a crear una unión aduanera. De esta forma, se aseguraba un mercado en el cual Estados Unidos tendría la posibilidad de dominar la gran mayoría de los mercados.
Desde 1900, esta política fue implementada y resguardada por la intervención militar directa dirigida hacia Centroamérica y el Caribe. En 1906 se efectuó en Cuba; en 1909 y hasta 1933 en Nicaragua; entre 1915 y 1934 en Haití y entre 1926 y 1924 en República Dominicana.
La política del “Gran Garrote”
Entre 1901 y 1909, periodo de gobierno del presidente Roosevelt, se instauró en América Latina la política del “Gran Garrote”, que se caracterizó por la intervención de Estados Unidos en varios países de Centroamérica y el Caribe. Esta política se aplicó en 1902, cuando se le concedió a Estados Unidos el derecho de intervención en Cuba, ante cualquier situación que el gobierno norteamericano considerara que estaba afectando la seguridad nacional y por ende sus intereses económicos y políticos. De esta forma, se establece una nueva política y república neocolonial.
En las primeras décadas del siglo XX, los resultados de esta política se evidencian en el aumento significativo del mercado Latinoamericano para las exportaciones de Estados Unidos.
Es así como hacia 1910 Estados Unidos acapara más de 15% de las exportaciones y para 1920 mantiene una alta concentración de exportaciones especialmente hacia Cuba.
Política del “buen vecino”
En los años 30 del siglo XX, se lanza la llamada política del Buen Vecino, que tendría como mayor objetivo el tratar de restablecer el comercio interamericano que había entrado en decadencia por la crisis económica y la caída en el mercado de capitales durante 1929.
Con esa nueva política Estados Unidos renunciaba a la posibilidad de intervenir militarmente en asuntos internos de los países latinoamericanos con el pretexto de proteger sus inversiones.
En su primer discurso de posesión, el presidente Franklin D. Roosevelt dijo: “En la esfera de la política mundial, yo dedicaré esta nación a la política del buen vecino; el vecino que de modo resuelto se respeta a sí mismo y, al hacerlo, a los derechos de los otros; el vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de sus acuerdos en y con un mundo de vecinos”.
En este sentido, el presidente Roosevelt rechazó la intervención de los Estados nacionales soberanos en América y, por el contrario, impulsó la seguridad mutua contra los agresores y el fomento del desarrollo económico con el fin de obtener mejores condiciones de vida
De esta forma, se legitima la injerencia y la supuesta custodia de los Estados Unidos en América Latina, al retomar el discurso de la Doctrina Monroe que decía “América para los americanos”. Con esto afianzanó una dirección ideológica a partir de la cual se concibe, se define y se aplica la “seguridad nacional”.
La intervención norteamericana en el Caribe
El Caribe fue la región donde se concentraron las intervenciones armadas, políticas y económicas por parte de los estadounidenses.
A continuación se realiza la presentación de la forma como Estados Unidos ejerce su papel intervencionista en diferentes países del Caribe.
La vía interoceánica por Centroamérica
Uno de los mayores intereses de Estados Unidos en el Caribe se evidenció en los esfuerzos por construir una vía interoceánica por Centroamérica. Esta obra era muy importante, puesto que a través de ella lograba la expansión del comercio proveniente de los puertos del Atlántico y del Pacífico.
La construcción de un canal interoceánico en Centroamérica, generó conflictos entre Inglaterra y los Estados Unidos que ya se habían consolidado como potencias comerciales en expansión.
Fue así como a partir de 1849, estas potencias formalizan su interés por la construcción de un canal a través del río San Juan, por lo inician contactos con los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua.
El enfrentamiento entre las potencias se inicia cuando los gobiernos nicaragüense y estadounidense firman un tratado de canalización de la ruta, en el cual se garantizaba la soberanía de Nicaragua sobre la misma, además de que la compañía The Atlantic and Pacific Ship Canal Company, que realizaría el trabajo, pagaría a Nicaragua la concesión de la canaleta y entregaría parte de las ganancias obtenidas y a su vez la compañía podía construir un camino de carruajes e ingresar vapores al lago de Nicaragua.
Frente a esta acción, el gobierno inglés reaccionó alejando su dominio sobre la región. Para sostener esta posición firmó un tratado de comercio y navegación con Costa Rica, con el fin de utilizar el río San Juan y el puerto de San Juan del Norte.
De esta forma, la disputa entre las potencias por la construcción del canal estuvo a punto de generar una guerra. Sin embargo, realizaron un acuerdo pacífico que se concretó con el tratado Clayton-Bulwer en 1850, en el cual acordaron compartir los derechos del canal. A través de este Tratado Estados Unidos consolidó su dominio sobre la región, cuando la compañía estadounidense fue la única oferente de la concesión canalera, puesto que Inglaterra decidió retirar el control del puerto de San Juan del Norte.
En suma, el enfrentamiento entre las potencias, afectó más a los países de la región centroamericana, trayendo consigo problemas limítrofes entre Costa Rica y Nicaragua, además de las disputas internas que viviría cada uno de estos países, situación que permitiría la llegada de los filibusteros norteamericanos al territorio nicaragüense.
La construcción del canal de Panamá
Al no haber logrado los objetivos de la construcción del canal interoceánico en Nicaragua y Costa Rica, Estados Unidos fija sus objetivos en Panamá, región perteneciente al territorio colombiano, que en ese momento presentaba grandes problemáticas internas y donde el Congreso no legaliza un tratado para la construcción de un canal interoceánico en Panamá.
Esta situación le sirvió de pretexto al gobierno estadounidense para estimular y apoyar las aspiraciones separatistas de los panameños. Por eso, posteriormente entra a intervenir con su fuerza militar en el naciente país y realiza un tratado desequilibrado para la construcción del canal interoceánico, en el cual Estados Unidos adquiriría derechos permanentes sobre la franja del territorio panameño utilizada para construcción del canal.
Los recaudadores de impuestos en Santo Domingo
En 1905 el presidente Roosevelt, responde al llamado de la oligarquía dominicana, instando con la ayuda de las fuerzas marinas a varios recaudadores de impuestos estadounidenses en los puestos de aduana de Santo Domingo. Esta misión se estableció durante cuatro años, en los cuales el secretario de Estado Elihu Root señaló que las intervenciones se llevarían a cabo cada vez que los capitales norteamericanos estuvieran en peligro. Sin embargo, el cobro de estos impuestos se restablece en 1916, con la llegada de un nuevo grupo de recaudadores que hacen presencia hasta 1924, situación que mantiene a la República Dominicana bajo el dominio estadunidense durante todo este periodo.
Cuba bajo el dominio norteamericano
Después de muchos enfrentamientos iniciados en 1868 contra el colonialismo español, los líderes cubanos logran su independencia en 1895. En ese momento, se inició la intervención estadunidense a través de las inversiones en las plantaciones de azúcar y en la gran cantidad de minas que se encuentran dentro de la isla.
Aunque teóricamente Cuba se presenta como un país independiente, Estados Unidos impone la autoridad del gobernador militar norteamericano Leonardo Wood, quien permanecería en su cargo durante tres años. En su gobierno, convocó a una Asamblea Constituyente para introducir una enmienda redactada por el senador Connecticut Orvilleb Platt.
A pesar de las oposiciones, por parte de los demás integrantes del gobierno y de las manifestaciones contra el gobierno de Wood, por considerar sus intenciones como una intromisión absurda que violaba la soberanía y la independencia de Cuba, este personaje lanzó un ultimátum en el que afirmaba que “los Estados Unidos ocuparían la isla hasta que fuera organizado un gobierno cubano, donde la Constitución llevará como parte importante todos y cada uno de los mandatos de la Enmienda Platt”
A través de la imposición de la Enmienda Platt, se demuestra el estado de dominación al que Cuba llegaría a tener por parte de Estados Unidos, incorporándola el 23 de mayo de 1903 a la Constitución Política del país.
Estos son algunos de los artículos de la Enmienda Platt.
• Artículo 1. “El gobierno de Cuba no firmará ningún acuerdo que permita a una potencia extranjera obtener para propósitos navales o militares, una parte de la isla...”.
• Artículo 3. “El gobierno de Cuba consciente que los Estados Unidos puedan ejercer el derecho a intervenir para preservar la independencia de cubana, y la mantención de un gobierno adecuado para la protección de la vida y a propiedad…”
• Articulo 7. “Se le da el derecho a los Estados Unidos de instalar bases militares en el territorio cubano”.
De esta forma, poca o ninguna independencia logró obtener Cuba, puesto que los principios de esta Enmienda fueron aplicados por las tropas norteamericanas que desembarcaron en 1906, 1912 y 1917 y es sólo hasta 1934 cuando Franklin D. Roosevelt acepta cambiar algunos de sus artículos.
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