lunes, 27 de mayo de 2024

Antecedentes y desarrollo de la Segunda Guerra Mundial

 1. Explica qué es una nación. 

2. ¿Qué es el sentimiento nacionalista? ¿Por qué es importante el sentimiento nacionalista? 

3. ¿Por qué las personas sienten que pertenecen a un determinado territorio? 

4. ¿Por qué las naciones entran en conflicto? 

5. ¿Qué efectos tiene una guerra para la sociedad? 

6. ¿Qué sentimientos y estados emocionales se observan en la imagen de esta página? ¿Por qué crees que sucede eso?

La Primera Guerra Mundial finalizó con la firma de diversos acuerdos político-militares que establecieron formalmente las ganancias de los vencedores y las pérdidas de los vencidos. El más importante fue el Tratado de Versalles, firmado el 28 de junio de 1919, en el cual se establecieron las reparaciones económicas y morales que Alemania debía a los otros países, así como el desarme y las fronteras

Las reglas diplomáticas y de guerra, desde tiempo atrás, habían establecido que en la firma de la paz debían intervenir las dos partes en conflicto; sin embargo, en las negociaciones de este tratado sólo intervinieron las naciones imperialistas vencedoras con el objeto de distribuirse libremente los saldos del conflicto.

La tarea entonces fue la reconstrucción de Europa y la consolidación de la paz; por tanto, las naciones buscaron puntos de acuerdo para que una confrontación de esta magnitud se volviera a presentar.

Ante la situación de crisis de la mayoría de los países europeos, pues la industria fue desmantela da y destinada a la producción de artículos para la guerra, la mayoría de los estados europeos tuvieron que pedir préstamos a Estados Unidos para invertir en las industrias y en la reconstrucción de sus ciudades lo que le permitió a este consolidarse como líder en el nuevo orden mundial.

En el ámbito político 

Con la culminación de la guerra se esperaba la consolidación de la democracia, pero no ocurrió así. La crisis fue un factor constante en la dinámica europea, solo algunos Estados continuaron con sistemas democráticos parlamentarios, en otros aparecieron dictaduras como es el caso de España, Portugal, Bulgaria y Grecia.

La demarcación de las fronteras que se propuso en el Tratado de Versalles, desconoció los nacionalismos, situación que llevó a confrontaciones por la demarcación de nuevas fronteras, a la predicación de un nacionalismo más apasionado, a declarar la supremacía de algunas nacionalidades llevando al racismo y a la intolerancia social.

Surgieron nuevos estados en Europa Central, como resultado de la disolución del imperio austrohúngaro: Checoslovaquia, Yugoslavia, Austria y Hungría, los dos primeros hoy desintegrados por las pugnas nacionalistas que se dieron en su interior.

Crisis económica 

Antes de la Primera Guerra, la industria europea se encargaba de proveer el resto de mundo con las materias primas provenientes del resto del mundo. Con la guerra, la industria cambió significativamente, puesto que todos los esfuerzos se encaminaron en la producción de armamento.

Cuando finalizó la guerra, Europa necesitó de materias primas y alimentos para reactivar su industria y lo que encontró es que otros países. En este tiempo, se habían fortalecido económicamente y controlaban los mercados que antes eran europeos, e incluso producían artículos que compraba a los europeos. Las nuevas potencias económicas eran Estados Unidos y Japón.

Aunque muchos fueron los esfuerzos, las economías europeas no lograron mantener los márgenes de producción y esta terminó en la crisis de 1929. La parálisis de la industria europea rápidamente se tradujo en el despido de los trabajadores, las protestas y las huelgas de los campesinos y los trabajadores y las medidas de emergencia como el nacionalismo económico.

Nación y nacionalismo 

Durante el siglo XIX se desarrollaron dos corrientes ideológicas que permitieron grandes cambios en la vida política de Europa y que alimentaron el nacionalismo: el liberalismo y el romanticismo. Para el liberalismo, la nación era el conjunto de ciudadanos que estaban regidos por la soberanía colectiva, lo cual les permitía ser un Estado, ya que cada ciudadano podía identificarse con este.

Para el romanticismo, la nación era el espíritu del pueblo, que se expresaba en la lengua, el arte, las tradiciones y que llevaba a los pueblos a conocer la historia que le daba carácter a su pueblo.

La organización territorial para Europa, propuesta en el congreso de Viena en 1815, dejó en los pueblos un sentimiento de inconformismos que se manifestó en una oleada revolucionaria que estimuló el sentimiento nacional. Producto de estas revoluciones y ligados al liberalismo se constituyen dos importantes Estados: Bélgica que se independizó de Holanda y Grecia, quien se liberó de los turcos. Mientras que la unificación de Alemania e Italia se relaciona con el romanticismo.

Segunda Guerra Mundial 

La Segunda Guerra Mundial se desarrolló entre 1939 y 1945. Comenzó después de que Alemania invadió Polonia el 12 de septiembre de 1939. Dos días después, Inglaterra y Francia declaraban la guerra a Hitler y al nazismo, pues el Imperio británico tenía un pacto de amistad con Polonia, y los franceses veían venir la amenaza a sus fronteras.  

En este conflicto participaron un gran número de naciones que se agruparon en dos bandos.



Las naciones del Eje habían salido perjudicadas del tratado de Versalles, pues habían tenido que ceder territorios, los tres tenían sistemas de gobiernos totalitarios. Alemania, por ejemplo, había acrecentado su nacionalismo y buscaba reparar la pérdida de territorios y el pago de indemnizaciones. Las naciones Aliadas, en cambio, no tenían intereses tan sólidos como los del Eje, pero compartían su preocupación por el peligro que representaba la expansión del comunismo desde la Unión Soviética.

Las hostilidades 

Los alemanes, bajo la conducción de Hitler, pretendían constituir el tercer Reich. Para esto, se aliaron con Italia y Japón. Italia invadió Grecia y envió sus fuerzas a Etiopía, Libia y Somalia (en África) para enfrentarse al ejército inglés. El objetivo era apoderarse del importante canal de Suez, que comunicaba el Oriente con el mar Mediterráneo, y por el cual transitaban los buques petroleros que venían de los países del Medio Oriente.

Mientras tanto, Japón había construido un imperio con gran parte del territorio de China, la Indochina –hoy Vietnam, Laos y Camboya–, Tailandia, Birmania, Indonesia, Filipinas, Hong Kong y muchas islas del Océano Pacífico. A finales de 1941, Japón bombardeó la base militar Pearl Harbor de los Estados Unidos, en Hawaii y con ello involucró directamente en el conflicto a este país.


Cuatro días después Alemania e Italia declararon la guerra a los estadounidenses.

Entre 1943 y 1944 la Unión Soviética se hizo cargo de la ofensiva aliada por tierra y los estadounidenses de la ofensiva aérea. En estos años, la ventaja que había obtenido Alemania en el terreno militar comenzó a disminuir. Los soviéticos liberaron su territorio y hacían retroceder a los alemanes con grandes pérdidas, pues en esta zona Hitler había desplegado un mayor número de fuerzas.

El 25 de agosto de 1944 París, la capital de Francia, fue liberada. A partir de ese momento los avances aliados fueron venciendo a los alemanes por el Occidente y por el Oriente. Alemania fue bombardeada y su capital sitiada hasta que el 8 de mayo de 1945 se rindió. Su máximo dirigente, Adolfo Hitler, se había suicidado. El 10 de agosto de 1945 Japón se rindió, y la guerra concluyó con una amenaza mayor: el uso de la energía atómica con fines destructivos.

No hay forma de medir el impacto que tuvo en la sociedad tanta muerte y destrucción, provocada por la acción de los propios hombres, pero la humanidad quedó marcada profundamente. La desconfianza entre las naciones y el temor a una guerra más mortífera y que podía terminar con la existencia del planeta mismo, sentó las nuevas bases de la relación entre los hombres.

La tecnología, los costos humanos y materiales de la guerra 
La Segunda Guerra Mundial provocó grandes pérdidas para la humanidad, tanto en vidas de civiles y militares como en bienes materiales y culturales.

La guerra requirió de enormes recursos económicos que se destinaron al armamento y al mantenimiento de las tropas, entre otros. Esto produjo una economía basada en la industria bélica y orientó el uso de la ciencia y la tecnología hacia el perfeccionamiento de los sistemas de defensa y ataque.

Durante la guerra se desarrollaron cohetes lanzados desde tierra y se perfeccionaron los motores de propulsión de los aviones; la electrónica, utilizada desde fines de la Primera Guerra Mundial, tuvo un gran impulso en las radiocomunicaciones; la intensa investigación que se producía en estos tiempos favoreció la elaboración de las primeras calculadoras electrónicas. El desarrollo del radar se aceleró desde el inicio de la guerra y fue un instrumento característico de las innovaciones de esta época.

Otros inventos mejorados en tiempos de guerra fueron el automóvil, el avión, el submarino, la telegrafía sin cables y el teléfono.

Los avances en la ciencia fueron encaminados a producir armas para la guerra cada vez más letales, por ejemplo, en esta guerra se utilizaron armas nucleares. Teniendo en cuenta los avances propuestos por Albert Einstein se lograron construir las bombas nucleares utilizadas en Hiroshima y Nagasaki en 1945 que ocasionaron grandes pérdidas humanas.

Desde la Segunda Guerra Mundial la ciencia y la tecnología no ha cesado de producir e investigar sobre las armas nucleares, la técnica avanza en función de la muerte y la destrucción, las armas cada vez más mortales, no van dirigidas a los ejércitos, sino que es la población civil la más vulnerada.

Se ha calculado que las pérdidas humanas llegaron a unos 40 millones de seres, de los cuales 20 millones fueron soviéticos, 5 millones polacos, 4.5 millones alemanes, 1.5 millones japoneses y un millón yugoslavos. Esto da una idea de cuáles países fueron los más afectados en términos materiales y del tipo de guerra que se estaba librando: el genocidio.

Las grandes masacres que se desencadenaron sólo se conocieron al finalizar la guerra; entre ellas está, además de lo que ya se ha dicho, el exterminio de los judíos en los campos de concentración alemanes. 

Los campos de concentración 

El campo de concentración se refiere a lugares destinados para confinar a las personas, usualmente en condiciones que atentan contra su libertar, su dignidad y su salud física y mental, sin cumplir con las normas establecidas internacionalmente sobre el arresto o la encarcelación.  

Los primeros campos de concentración fueron creados en 1933 después de que Hitler fuera nombrado como canciller. Los arrestos fueron realizados con la intención de contener a posibles opositores políticos. Algunos de los primeros campos fueron: Oranienburg, Dachau, Munich y Lichtenburg, que luego fueron destruidos y reemplazados por otros de mayor capacidad.

Los campos de concentración eran dirigidos por agentes de la SS o guardia élite del Estado, quienes sometían a castigos crueles o trabajo duro a quienes no mataban abiertamente.

Estos campos fueron creados con un propósito claro: el exterminio en masa de la comunidad judía, mediante los fusilamientos, la cámara de gas o los hornos crematorios, técnicas que se fueron perfeccionando en la medida que los campos se llenaba con los presos que llegaban de todas partes de Alemania y Polonia.

El campo de concentración de Auwchwitz, en Polonia, funcionaba con cuatro cámaras de gas, que podían exterminar hasta ocho mil judíos cada día.

Consecuencia de la guerra 
Terminada la confrontación así quedó el panorama mundial: 

• Millones de muertos, heridos o damnificados
• Las economías de los países europeos y de Japón quedaron empobrecidas y sus ciudades destruidas. 
• Europa perdió su poder frente a las colonias, de tal manera que se dio inicio a algunos procesos de liberación. 
• La diferencia entre el modelo democrático y el socialista volvieron a surgir creando en la dinámica mundial una nueva tensión de confrontación.

El papel de Estados Unidos 
La crisis económica en la que estuvieron sumidos los países europeos fue favorable para la economía estadounidense, pues su territorio no fue escenario de la guerra; además, un aparato productivo nunca se detuvo. Esta estabilidad económica les permitió prestar dinero a algunas naciones europeas para reconstruir las ciudades y la industria que habían sido destruidas por la guerra.

La política proteccionista de Estados Unidos tomó algunas medidas favorables para su economía, como aumentar los impuestos a las importaciones y restringir la llegada de inmigrantes extranjeros. Esta política permitió fortalecer la industria estadounidense, la cual colocó en el mercado mundial productos que favorecieron la expansión de empresas como la Goodyear o la Ford.

Otra industria de grandes dimensiones fue la industria cinematográfica, que comenzó a mostrar a través de sus películas el “estilo de vida americano”, el cual creó mitos, héroes e ideales que se fueron popularizando rápidamente. La sociedad ideal presentada en las películas no era ni parecida a la real. Los conflictos laborales entre trabajadores y empresarios por las condiciones de explotación, o entre ciudadanos blancos y negros fruto de la discriminación agudizaban las relaciones sociales pues el Ku Klux Klan había resurgido.

Durante los diez años posteriores a la guerra se vivió un periodo de prosperidad que colocó a Estados Unidos como una potencia. La bolsa de Nueva York mantuvo un alto índice de valores por la inversión extranjera, pero después la economía norteamericana también entro en crisis.










No hay comentarios: