jueves, 31 de marzo de 2022

PLATÓN



El nombre de Platón fue, al parecer, el apodo que le puso su profesor de gimnasia y que se traduce como: "aquel que tiene anchas espaldas".  Su nombre verdadero fue Aristocles

Platón, uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos, vivió del 427 al 347 antes de Cristo.

Conoció a Sócrates en su juventud lo que lo llevó a la filosofía, desarrollando la muy famosa Teoría de las Ideas.

La TEORÍA DE LAS IDEAS de Platón, significa lo siguiente: cada objeto del mundo tiene una ESENCIA, es decir una NATURALEZA, una forma de ser intrínseca.

Esta esencia, o estructura la denomina Platón IDEA, que en griego quiere decir FORMA, y que de acuerdo con Platón es lo que captamos con el pensamiento cuando comprendemos un objeto.

Para Platón, estas esencias son singulares, es decir, existe una de cada una, aunque los objetos sean múltiples.

De esta forma, por ejemplo, aunque existan miles de caballos, la esencia del caballo, es sólo una, y esos miles de caballos son caballos por tener esa esencia única.

De la misma forma, el ser humano tendría una determinada naturaleza que compartiría con todos los demás seres humanos.

Estas esencias permanecen existiendo, aunque los entes individuales desaparezcan, pues para Platón, las ideas (o esencias) tienen una existencia separada de los objetos; así, aunque murieran todos los caballos, la esencia del caballo permanecería existiendo.

Todo objeto tiene entonces según Platón, dos elementos bien definidos: MATERIA y FORMA.

Materia, su cuerpo físico, y forma, su estructura, organización o esencia, que es inmaterial.

Para Platón, las formas, esencias o ideas (son sinónimos como hemos visto) son mas verdaderas que los objetos reales, pues considera, al ser materiales están sometidos a la muerte, mientras que las esencias permanecen en el tiempo, plausiblemente por siempre. Para Platón, el mundo material es casi como una sombra.

 De acuerdo con Platón, el ser humano tiene 3 partes básicas:

- La RAZÓN, con la que capta la verdad o las esencias.

- La VOLUNTAD, con la que toma decisiones

-Y los DESEOS, que surgen del cuerpo y si no los controlamos nos esclavizan.

 Para Platón, obviamente la parte más importante del ser humano es la razón, la cuál debe ser el eje de su vida.

 Algunas de estas ideas las expresa Platón en su famoso MITO DE LA CAVERNA, que se encuentra en su libro LA REPÚBLICA.

 En este mito, Platón nos habla de una caverna en la que, hasta el fondo encontramos personas encadenadas de manera que solo pueden ver hacia la pared de enfrente.

 En la pared ven unas sombras proyectadas de animales en movimiento. Estas sombras son proyecciones de figuras que unas personas detrás de los encadenados que se mueven frente a un fuego.

 De esta forma las personas encadenadas piensan que la única realidad del mundo son las sombras proyectadas en el fondo de la caverna.

 A esta alegoría se le han dado miles de significados diferentes; sin embargo Platón explica el significado real en su propio libro.

 Las CADENAS representan los SENTIDOS; aquellos hombres que están encadenados a sus sentidos solo pueden ver los entes materiales; creen que los objetos materiales a nuestro al rededor son la única verdad.

 Sin embargo, nos dice Platón, estos entes en realidad son solo una SOMBRA o proyección de las ESENCIAS, las cuales son inmateriales y eternas.

Las ESENCIAS serían las FIGURAS que mueven frente al fuego, de forma que una sola figura sería causa de miles de sombras.

El hombre que pueda liberarse de los sentidos y escalar a través de la RAZÓN podrá contemplar la verdad en su conjunto, para llegar a ver finamente el Sol, origen de todo, que en la filosofía platónica sería Dios, a quien Platón también llama el Bien, el fundamento de todo lo que es bueno, bello y verdadero.

domingo, 27 de marzo de 2022

LA CRISIS DE 1929: "LA GRAN DEPRESIÓN"


 

 LA CRISIS DE 1929 JUEVES NEGRO LA GRAN DEPRESIÓN DEL 1929 EL CAÍDA DE LA BOLSA DE NEW YORK 

Si bien la Primera Guerra Mundial se desarrolló solamente en algunas regiones europeas, la crisis económica que se desencadenó luego de su finalización afectó a todo el planeta. Esta crisis, que cuestionó entre las dos guerras mundiales, la supervivencia del sistema capitalista tal como se venía planteando hasta ese momento, tuvo su centro en los Estados Unidos y de allí se extendió al mundo. Los desequilibrios económicos: Luego de la Primera Guerra, los gobiernos de los diferentes países del mundo, tenían esperanzas en recuperar la prosperidad económica que habían disfrutado hasta 1914. 

Durante los años 1918-1919, parecía que estas expectativas se estaban cumpliendo, pero en 1920 comienza una crisis que hizo caer precios y expectativas. Tanto los países anglosajones, como los que habían permanecido neutrales en la guerra, como Japón, ensayaron propuestas para volver a tener una economía sólida basada en una moneda estable, pero lo consiguieron solo parcialmente. Sin embargo, en la erótica Alemania cayó totalmente el sistema monetario, con lo cual la moneda perdió su valor y terminó con el ahorro privado. Las empresas, entonces, debieron recurrir a los préstamos extranjeros para poder sobrevivir, circunstancia que colocó a Alemania, en los años siguientes, en una gran dependencia de los créditos externos. 

La situación no era muy diferente en la Unión Soviética y en los países del este europeo, pero en Polonia, Hungría y Austria, la moneda no perdió totalmente su valor. A partir de 1924, la crisis se fue superando, y comenzó una nueva etapa de prosperidad que reanuda el crecimiento económico, a pesar que algunos precios de materias primas y alimentos básicos volvieron nuevamente a bajar, y que el desempleo se mantuvo alto. Estos desequilibraos llevarían a una nueva crisis, pero esta vez, más profunda. Estados Unidos y el modelo de vida americano: La Primera Guerra Mundial había favorecido a los Estados Unidos de una manera espectacular, convirtiéndolo en el principal proveedor de materias primas y productos alimenticios e industriales. 

También era el principal acreedor del mundo, y su influencia en Europa era fundamental. La guerra había traído también un importante crecimiento industrial que se calcula en un 15%, siendo los sectores más favorecidos aquellos relacionados con la industria bélica. La agricultura también se había beneficiado y las necesidades europeas de comerciar, convirtieron a la flota americana en la segunda marina mercante del mundo. La prosperidad y el crecimiento que se inició en los primeros años de la década de 1920, fueron mucho más profundos y estables en los Estados Unidos. En esta época se consolidaron sectores industriales nuevos como la industria eléctrica, la química y la petroquímica, la aeronáutica, la automotriz, el cine y la radiofonía. Como consecuencia de este desarrollo industrial sin precedentes, el sistema energético se renovó, sobre todo a partir del incremento del consumo de petróleo y electricidad. 

La industria se hizo más eficiente al incorporarse el Tayiorismo y el Fordismo como nuevas modalidades de producir y organizar el trabajo y la producción en serie se impuso. También se desarrollaron nuevas actividades relacionadas indirectamente con las nuevas industrias, como la construcción de carreteras, de aeropuertos, de viviendas de fin de semana, etc. Como la competencia industrial era muy fuerte, aumentó la concentración empresarial, dando lugar a la formación de trusts. La agricultura, por el contrario, no vivió un crecimiento similar, pues los precios agrícolas se mantuvieron por debajo de los precios industriales, generando un desequilibrio desfavorable al sector primario. Ante esto, muchos campesinos vendieron sus tierras por debajo del valor real y se fueron a las ciudades. Sin embargo, la prosperidad indefinida y el optimismo se extendían por todas partes. Eran los años dorados del consumismo y de la exaltación nacionalista. Se creía alcanzada la meta de ser una sociedad opulenta. 

El clima de confianza se tradujo en la compra de acciones de las empresas industriales por parte de un gran número de la población, siendo la Bolsa de Nueva York el centro de la economía mundial, a dónde llegaban capitales de todos los puntos del planeta. A pesar de esto, como la economía mundial estaba en desequilibrio con respecto a los Estados Unidos, no se pudo generar una demanda suficiente que pudiese sustentar la expansión industrial. Esto dio lugar a que ya en 1925, se comenzase a acumular stock de diversos productos, dando lugar a la caída de los precios, al desempleo y a la pérdida de la capacidad adquisitiva de la población. Hacia fines de la década, la compra de acciones de manera desenfrenada creció en un 90%. La especulación financiera hacía ganar dinero rápidamente, siendo el valor de las acciones ficticios, ya que estaban por encima de su valor real. (La gente sacaba créditos en los bancos y ponía ese mismo dinero en la bolsa, a un interés más alto de lo que pagaba) La caída de la Bolsa de Nueva York: EL PORQUE DE LA CRISIS: A medida que la prosperidad aumentaba, los empresarios buscaron nuevas negocios para invertir sus ganancias. Prestaban dinero a Alemania y a otros países e instalaban sus industrias en el extranjero (la Argentina y Brasil, entre otros). También invertían en maquinarias que permitían aumentar la producción. 

Desde que advirtieron que tendrían dificultades para vender tanta mercadería, comenzaron a invertir en bienes de lujo, como joyas o yates, y en negocios especulativos. La compra de acciones en la bolsa se fue transformando en uno los más rentables. Muchas veces, para comprar acciones, los empresarios pedían créditos a los bancos. Debido a que la ganancia de las acciones podía llegar a un 50% anual y el interés que debían pagar por los créditos bancarios era del 12%, los beneficios que obtenían eran enormes. A fines de la década, la prosperidad, que antes estaba basada en el desarrollo industrial, pasó a depender de la especulación. En 1928, algunos síntomas hacían prever que la economía estaba en peligro. Los ingresos de la población no habían subido tanto como para que el consumo siguiera creciendo. Los almacenes estaban llenos de mercaderías que no podían ser vendidas y muchas fábricas comenzaron a despedir a sus trabajadores. Sin embargo, en la bolsa seguía la fiesta especulativa. 

Los precios a que se vendían las acciones no reflejaban la situación económica real de las empresas. Aunque el crecimiento de muchas de ellas se había detenido, sus acciones seguían subiendo porque había una gran demanda de los especuladores. Nadie pudo o quiso darse cuenta de la gravedad de la situación. Cuando en octubre de 1929 la Bolsa de Nueva York quebró, la crisis fue inevitable y se extendió al sistema bancario, a la industria, el comercio y al agro estadounidenses. Sus consecuencias se sintieron también en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra Mundial. El jueves 24 de octubre de 1929, se produjo el crash de la bolsa de Wall Street. Más de 13.000.000 de títulos que cotizaban en baja no encontraron compradores y ocasionaron la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales, habían comprado las acciones con créditos que ya no podrían pagar. Esto llevó a que la gente entrara en pánico, y quienes poseían dinero en cuentas bancarias corrieron a retirarlo. Los bancos no eran capaces de hacer frente a tal magnitud de reintegros, y además, como en los Estados Unidos se había tratado de hacer frente al descenso de la demanda con una expansión de¡ crédito a los ciudadanos comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables. Ante esto, se negaron a dar nuevos créditos y a refinanciar las deudas existentes, pero sin embargo, aproximadamente 600 bancos americanos quebraron. A partir de ese momento se inició un período de contracción económica mundial, conocido como la "GRAN DEPRESIÓN". 

En los Estados Unidos, el descenso de¡ consumo hizo que los stocks acumulados crecieran, las inversiones se paralizaran y muchas empresas tuviesen que cerrar sus puertas. La caída de la actividad industrial supuso una desocupación generalizada, de tal manera que se calcula que hacia 1932, existían en los Estados Unidos cerca de 13.000.000 de desocupados. La depresión trajo también penuria en el campo, pues muchos agricultores se arruinaron como consecuencia de la caída de los precios y de los mercados agrícolas. Como solución desesperada para poder pagar sus deudas, gran cantidad de trabajadores agrícolas vendieron sus tierras a precios irrisorios y se fueron a trabajar al oeste. La pobreza no alcanzó solo a campesinos y obreros, sino que se extendió a empleados, profesionales y capitalistas arruinados. Extensión de la crisis Las conexiones existentes en la economía internacional, pero sobre todo la dependencia que de los Estados Unidos tenía la economía europea, hicieron que la Gran Depresión, se extendiera por todo el mundo. La caída de los precios en América afectó a las industrias de otras partes de¡ mundo que tenían precios superiores a los estadounidenses y que al no poder competir, vieron drásticamente reducidas sus exportaciones. Al mismo tiempo, la disminución de la demanda norteamericana, (y por ende, de sus importaciones), frenó las exportaciones de muchos países, con lo que disminuyó el comercio mundial. 

Los Estados Unidos también trataron de repatriar capitales que habían invertido en diferentes países. Esto tuvo una especial repercusión en Alemania, que tenía cuantiosos créditos tomados a Norteamérica, pues ese país había sido prácticamente obligado a endeudarse para hacer frente a las reparaciones de guerra estipuladas en el Tratado de Versalles, las que debían ser pagadas en efectivo. La crisis afectó también a Austria, Gran Bretaña, Francia, América Latina, el Sudeste Asiático, Australia, y muchos más, ya que salvo en la Unión Soviética, sus consecuencias repercutieron de una u otra manera en todo el planeta. El New Deal: La crisis había llevado a replantear el rol de¡ Estado en la economía de una nación. En marzo de 1933 asumió como presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, quien se fijó como principal objetivo reconstruir la economía de su país. Para esto desarrolló un plan conocido como "New Deal", que consistía en la regulación de la economía favoreciendo las inversiones, el crédito y el consumo, lo que permitiría reducir el desempleo. El gasto público debía orientarse a la seguridad social y a la educación. 

El modelo estaba inspirado en las ideas de¡ economista John Keynes que expuso sus principios en el libro "La teoría general del empleo, el interés y el dinero". Keynes sostenía los principios del liberalismo clásico, pero proponía la intervención del Estado en aquellos casos en que se viera perjudicado. Creía que una redistribución de los ingresos y el aumento de la tasa de empleo, reactivaría la economía. Nació así la teoría keynesiana. Las medidas adoptadas por Roosevelt fueron: ayudar a los bancos, subvencionar a los agricultores, aumento de los salarios y reducción de las horas de trabajo, creación de nuevos puestos de trabajo en la administración pública y en obras públicas, lo que daría un fuerte impulso a la construcción y a sus industrias derivadas. También se establecieron planes de asistencia sanitaria y se organizó un nuevo sistema de jubilaciones y pensiones" Los resultados del New Deal fueron desiguales, lográndose estabilización en lugar de crecimiento. No se logró el pleno empleo y la permanencia de un número alto de desocupados, hicieron de la década del 30. Un período de tensiones y enfrentamientos sociales.

CARTA DE CRISTÓBAL COLÓN

 


CARTA DE CRISTÓBAL COLÓN ANUNCIANDO EL DESCUBRIMIENTODE LA NUEVA RUTA HACIA LAS "INDIAS OCCIDENTALES" 

Febrero y Marzo de 1493 Señor, porque sé que habréis placer de la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, vos escribo ésta, por la cual sabréis como en 33 días pasé de las islas de Canaria a las Indias con la armada que los ilustrísimos rey y reina nuestros señores me dieron, donde yo hallé muy muchas islas pobladas con gente sin número; y de ellas todas he tomado posesión por Sus Altezas con pregón y bandera real extendida, y no me fue contradicho. A la primera que yo hallé puse nombre San Salvador a conmemoración de Su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado; los Indios la llaman Guanahaní; a la segunda puse nombre la isla de Santa María de Concepción; a la tercera Fernandina; a la cuarta la Isabela; a la quinta la isla Juana, y así a cada una nombre nuevo. 

Cuando yo llegué a la Juana, seguí yo la costa de ella al poniente, y la fallé tan grande que pensé que sería tierra firme, la provincia de Catayo. Y como no hallé así villas y lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones, con la gente de las cuales no podía haber habla, porque luego huían todos, andaba yo adelante por el dicho camino, pensando de no errar grandes ciudades o villas; y, al cabo de muchas leguas, visto que no había innovación, y que la costa me llevaba al setentrión, de adonde mi voluntad era contraria, porque el invierno era ya encarnado, y yo tenía propósito de hacer de él al austro, y también el viento me dio adelante, determiné de no aguardar otro tiempo, y volví atrás hasta un señalado puerto, de adonde envié dos hombres por la tierra, para saber si había rey o grandes ciudades. 

Anduvieron tres jornadas, y hallaron infinitas poblaciones pequeñas y gente sin número, mas no cosa de regimiento; por lo cual se volvieron. Yo entendía harto de otros Indios, que ya tenía tomados, como continuamente esta tierra era isla, y así seguí la costa de ella al oriente ciento y siete leguas hasta donde hacía fin. Del cual cabo vi otra isla al oriente, distante de esta diez y ocho leguas, a la cual luego puse nombre la Española y fui allí, y seguí la parte del setentrión, así como de la Juana al oriente, 188 grandes leguas por línea recta; la cual y todas las otras son fertilísimas en demasiado grado, y ésta en extremo. En ella hay muchos puertos en la costa de la mar, sin comparación de otros que yo sepa en cristianos, y hartos ríos y buenos y grandes, que es maravilla. 

Las tierras de ella son altas, y en ella muy muchas sierras y montañas altísimas, sin comparación de la isla de Tenerife; todas hermosísimas, de mil fechuras, y todas andables, y llenas de árboles de mil maneras y altas, y parece que llegan al cielo; y tengo por dicho que jamás pierden la hoja, según lo puedo comprehender, que los vi tan verdes y tan hermosos como son por mayo en España, y de ellos estaban floridos, de ellos con fruto, y de ellos en otro término, según es su calidad; y cantaba el ruiseñor y otros pajaricos de mil maneras en el mes de noviembre por allí donde yo andaba. Hay palmas de seis o ocho maneras, que es admiración verlas, por la deformidad hermosa de ellas, mas así como los otros árboles y frutos e hierbas. En ella hay pinares a maravilla y hay campiñas grandísimas, y hay miel, y de muchas maneras de aves, y frutas muy diversas. En las tierras hay muchas minas de metales, y hay gente en estimable número.

 La Española es maravilla; las sierras y las montañas y las vegas y las campiñas, y las tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas suertes, para edificios de villas y lugares. Los puertos de la mar aquí no habría creencia sin vista, y de los ríos muchos y grandes, y buenas aguas, los más de los cuales traen oro. En los árboles y frutos e hierbas hay grandes diferencias de aquellas de la Juana. En ésta hay muchas especierías, y grandes minas de oro y do otros metales. La gente de esta isla y de todas las otras que he hallado y he habido noticia, andan todos desnudos, hombres y mujeres, así como sus madres los paren, aunque algunas mujeres se cobijan un solo lugar con una hoja de hierba o una cofia de algodón que para ellos hacen. 

Ellos no tienen hierro, ni acero, ni armas, ni son para ello, no porque no sea gente bien dispuesta y de hermosa estatura, salvo que son muy temeroso a maravilla. No tienen otras armas salvo las armas de las cañas, cuando están con la simiente, a la cual ponen al cabo un palillo agudo; y no osan usar de aquellas; que muchas veces me ha acaecido enviar a tierra dos o tres hombres a alguna villa, para haber habla, y salir a ellos de ellos sin número; y después que los veían llegar huían, a no aguardar padre a hijo; y esto no porque a ninguno se haya hecho mal, antes, a todo cabo adonde yo haya estado y podido haber fabla, les he dado de todo lo que tenía, así paño como otras cosas muchas, sin recibir por ello cosa alguna; mas son así temerosos sin remedio. Verdad es que, después que se aseguran y pierden este miedo, ellos son tanto sin engaño y tan liberales de lo que tienen, que no lo creería sino el que lo viese. 

Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen de no; antes, convidan la persona con ello, y muestran tanto amor que darían los corazones, y, quieren sea cosa de valor, quien sea de poco precio, luego por cualquiera cosica, de cualquiera manera que sea que se le dé, por ello se van contentos. Yo defendí que no se les diesen cosas tan civiles como pedazos de escudillas rotas, y pedazos de vidrio roto, y cabos de agujetas aunque, cuando ellos esto podían llegar, les parecía haber la mejor joya del mundo; que se acertó haber un marinero, por una agujeta, de oro peso de dos castellanos y medio; y otros, de otras cosas que muy menos valían, mucho más; ya por blancas nuevas daban por ellas todo cuanto tenían, aunque fuesen dos ni tres castellanos de oro, o una arroba o dos de algodón filado. Hasta los pedazos de los arcos rotos, de las pipas tomaban, y daban lo que tenían como bestias; así que me pareció mal, y yo lo defendí, y daba yo graciosas mil cosas buenas, que yo llevaba, porque tomen amor, y allende de esto se hagan cristianos, y se inclinen al amor y servicio de Sus Altezas y de toda la nación castellana, y procuren de ayuntar y nos dar de las cosas que tienen en abundancia, que nos son necesarias. Y no conocían ninguna seta ni idolatría salvo que todos creen que las fuerzas y el bien es en el cielo, y creían muy firme que yo con estos navíos y gente venía del cielo, y en tal catamiento me recibían en todo cabo, después de haber perdido el miedo. Y esto no procede porque sean ignorantes, y salvo de muy sutil ingenio y hombres que navegan todas aquellas mares, que es maravilla la buena cuenta que ellos dan que de todo; salvo porque nunca vieron gente vestida ni semejantes navíos. Y luego que llegué a Indias, en la primera isla que hallé tomé por fuerza algunos de ellos, para que deprendiesen y me diesen noticia de lo que había en aquellas partes, así fue que luego entendieron, y nos a ellos, cuando por lengua o señas; y estos han aprovechado mucho. 

Hoy en día los traigo que siempre están de propósito que vengo del cielo, por mucha conversación que hayan habido conmigo; y éstos eran los primeros a pronunciarlo adonde yo llegaba, y los otros andaban corriendo de casa en casa y a las villas cercanas con voces altas: venid, venid a ver la gente del cielo; así, todos, hombres como mujeres, después de haber el corazón seguro de nos, venían que no quedaban grande ni pequeño, y todos traían algo de comer y de beber, que daban con un amor maravilloso. Ellos tienen en todas las islas muy muchas canoas, a manera de fustas de remo, de ellas mayores, de ellas menores; y algunas son mayores que una fusta de diez y ocho bancos. No son tan anchas, porque son de un solo madero; mas una fusta no terná con ellas al remo, porque van que no es cosa de creer. Y con éstas navegan todas aquellas islas que son innumerables, y tratan sus mercaderías. Alguna de estas canoas he visto con 70 y 80 hombres en ella, y cada uno con su remo.

En todas estas islas no vi mucha diversidad de la hechura de la gente, ni en las costumbres ni en la lengua; salvo que todos se entienden, que es cosa muy singular para lo que espero que determinaran Sus Altezas para la conversión de ellos a nuestra santa fe, a la cual son muy dispuestos. Ya dije como yo había andado 107 leguas por la costa de la mar por la derecha línea de occidente a oriente por la isla de Juana, según el cual camino puedo decir que esta isla es mayor que Inglaterra y Escocia juntas; porque, allende de estas 107 leguas, me quedan de la parte de poniente dos provincias que yo no he andado, la una de las cuales llaman Avan, adonde nace la gente con cola; las cuales provincias no pueden tener en longura menos de 50 o 60 leguas, según pude entender de estos Indios que yo tengo, los cuales saben todas las islas. Esta otra Española en cierco tiene más que la España toda, desde Colibre, por costa de mar, hasta Fuenterrabía en Viscaya, pues en una cuadra anduve 188 grandes leguas por recta línea de occidente a oriente. Esta es para desear, y vista, para nunca dejar; en la cual, puesto que de todas tenga tomada posesión por Sus Altezas, y todas sean más abastadas de lo que yo sé y puedo decir, y todas las tengo por de Sus Altezas, cual de ellas pueden disponer como y tan cumplidamente como de los reinos de Castilla, en esta Española, en el lugar más convenible y mejor comarca para las minas del oro y de todo trato así de la tierra firme de aquí como de aquella de allá del Gran Can, adonde habrá gran trato y ganancia, he tomado posesión de una villa grande, a la cual puse nombre la villa de Navidad; y en ella he hecho fuerza y fortaleza, que ya a estas horas estará del todo acabada, y he dejado en ella gente que abasta para semejante hecho, con armas y artellarías y vituallas por más de un ano, y fusta, y maestro de la mar en todas artes para hacer otras, y grande amistad con el rey de aquella tierra, en tanto grado, que se preciaba de me llamar y tener por hermano, y, aunque le mudase la voluntad a ofender esta gente, él ni los suyos no saben que sean armas, y andan desnudos, como ya he dicho, y son los más temerosos que hay en el mundo; así que solamente la gente que allá queda es para destruir toda aquella tierra; y es isla sin peligros de sus personas, sabiéndose regir. 

En todas estas islas me parece que todos los hombres sean contentos con una mujer, y a su mayoral o rey dan hasta veinte. Las mujeres me parece que trabajan más que los hombres. Ni he podido entender si tienen bienes propios; que me pareció ver que aquello que uno tenía todos hacían parte, en especial de las cosas comederas. En estas islas hasta aquí no he hallado hombres monstrudos, como muchos pensaban, mas antes es toda gente de muy lindo acatamiento, ni son negros como en Guinea, salvo con sus cabellos correndíos, y no se crían adonde hay ímpeto demasiado de los rayos solares; es verdad que el sol tiene allí gran fuerza, puesto que es distante de la línea equinoccial veinte y seis grados. En estas islas, adonde hay montañas grandes, allí tenía fuerza el frío este invierno; mas ellos lo sufren por la costumbre, y con la ayuda de las viandas que comen con especias muchas y muy calientes en demasía. Así que monstruos no he hallado, ni noticia, salvo de una isla Quaris, la segunda a la entrada de las Indias, que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, los cuales comen carne humana. Estos tienen muchas canoas, con las cuales corren todas las islas de India, y roban y toman cuanto pueden; ellos no son más disformes que los otros, salvo que tienen costumbre de traer los cabellos largos como mujeres, y usan arcos y flechas de las mismas armas de cañas, con un palillo al cabo, por defecto de hierro que no tienen. Son feroces entre estos otros pueblos que son en demasiado grado cobardes, mas yo no los tengo en nada más que a los otros. 

Estos son aquellos que tratan con las mujeres de Matinino, que es la primera isla, partiendo de España para las Indias, que se halla en la cual no hay hombre ninguno. Ellas no usan ejercicio femenil, salvo arcos y flechas, como los sobredichos, de cañas, y se arman y cobijan con launes de arambre, de que tienen mucho. Otra isla hay, me aseguran mayor que la Española, en que las personas no tienen ningún cabello. En ésta hay oro sin cuento, y de ésta y de las otras traigo conmigo Indios para testimonio. En conclusión, a hablar de esto solamente que se ha hecho este viaje, que fue así de corrida, pueden ver Sus Altezas que yo les daré oro cuanto hubieren menester, con muy poquita ayuda que Sus Altezas me darán; ahora, especiería y algodón cuanto Sus Altezas mandarán, y almástiga cuanta mandarán cargar, y de la cual hasta hoy no se ha hallado salvo en Grecia en la isla de Xío, y el Señorío la vende como quiere, y ligunáloe cuanto mandarán cargar, y esclavos cuantos mandarán cargar, y serán de los idólatras; y creo haber hallado ruibarbo y canela, y otras mil cosas de sustancia hallaré, que habrán hallado la gente que yo allá dejo; porque yo no me he detenido ningún cabo, en cuanto el viento me haya dado lugar de navegar; solamente en la villa de Navidad, en cuanto dejé asegurado y bien asentado. Y a la verdad, mucho más hiciera, si los navíos me sirvieran como razón demandaba. Esto es harto y eterno Dios Nuestro Señor, el cual da a todos aquellos que andan su camino victoria de cosas que parecen imposibles; y ésta señaladamente fue la una; porque, aunque de estas tierras hayan hablado o escrito, todo va por conjectura sin allegar de vista, salvo comprendiendo a tanto, los oyentes los más escuchaban y juzgaban más por habla que por poca cosa de ello. Así que, pues Nuestro Redentor dio esta victoria a nuestros ilustrísimos rey e reina y a sus reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cristiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas, y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrán, en tornándose tantos pueblos a nuestra santa fe, y después por los bienes temporales; que no solamente la España, mas todos los cristianos ternán aquí refrigerio y ganancia. Esto, según el hecho, así en breve.Fecha en la carabela, sobre las islas de Canaria, a 15 de febrero, año 1493.Hará lo que mandaréisEl almirante. Después de ésta escrita, y estando en mar de Castilla, salió tanto viento conmigo sul y sueste, que me ha hecho descargar los navíos. Pero corrí aquí en este puerto de Lisboa hoy, que fue la mayor maravilla del mundo, adonde acordé escribir a Sus Altezas. En todas las Indias he siempre hallado los temporales como en mayo; adonde yo fui en 33 días, y volví en 28, salvo que estas tormentas me han detenido 13 días corriendo por este mar. Dicen acá todos los hombres de la mar que jamás hubo tan mal invierno ni tantas pérdidas de naves. Fecha a 4 días de marzo.

¡Vida de perros!

  Little John vive en la Zona Rosa de Bogotá. Tiene tres años y se levanta todos los días a las seis en punto. Desayuna con alimentos balanceados y sale al parque. Al regresar a casa le alistan su almuerzo en la lonchera y galletitas para el entre día. Y hacia las nueve, espera en la puerta que suene el citófono y anuncien su bus escolar. Ya pasó por kínder básico y ahora la mayor parte de su tiempo se la dedican a la recreación y a sus cuidados.

 

Little John no es un niño. Es un perro de raza bulldog, la mascota de una familia que asiste al menos dos veces por semana al Dog Resort, un hotel ubicado en La Calera, especializado en perros. Sólo en el norte de Bogotá hay más de 15 guarderías, que cobran en promedio $18.OOO día.

 

Y a la par, muchos perros tienen a su disposición servicios de toda clase: belleza, con corte y pedicure, por $50.000; alimentación equilibrada, con diversidad de concentrados, desde $20.000 hasta $200.000; servicio de gimnasio, con piscina y banda trotadora, entre
$72.OOO y $180.OOO, y una atención médica que cualquier humano envidiaría, con opciones de EPS y medicina prepagada por $40.700 al mes. Hay ambulancias para emergencias, y clínicas donde practican todo tipo de cirugías y atienden desde un resfriado hasta un cáncer. Pero no todo es farmacéutico. Pueden recurrir a la medicina alternativa, como homeopatía o reiki. Y al morir sus mascotas, el mercado ofrece a sus amos servicios funerarios, que incluyen incineración o entierro.

 

Las razas preferidas para la casa son: beagle, boxer, bulldog, mastín, french poodle, pitbull, terrier, rottweiler, rodhesian, schnauzer, y una de las más apetecidas es el labrador, cuyos ejemplares valen entre 200 mil y dos millones con papeles.

 

Si nos basamos en el cálculo de que por cada diez colombianos hay un perro en casa, las cifras indican alrededor de cuatro millones en el país. Y con semejante cantidad de canes ladrando y reclamando cariño, se disparó el mercado canino: la venta y cría de cachorros, la comercialización de concentrados, productos de limpieza y cuidados, medicinas veterinarias, y todo tipo de accesorios como huesos, juguetes, casas, camas, correas y una amplia variedad de prendas de vestir.

Una persona que compra un cachorro puede llegar a gastar $200.000 al mes en toda su indumentaria, incluyendo vacunación y desparasitación. Este mercado viene creciendo en el país a una tasa anual del 25%, moviendo miles de millones de pesos.

 

Revista Cromos, mayo de 2004

Mythos

 

La palabra grieg


a mythos hace referencia al discurso o narración de las gestas de los héroes y de los dioses con que el pensamiento prefilosófico explicaba simbólicamente, a través del ejemplo de las vicisitudes narradas, los grandes problemas relativos al origen del mundo, de la humanidad y de las instituciones. 


Aunque la distinción entre mito y razón sea intuitivamente evidente, resulta difícil establecer con precisión cuál es la naturaleza y cuáles son los procedimientos del pensamiento mítico; así, sobre esta noción se desarrolló un debate que ha estado presente a lo largo de toda la historia de la filosofía. Dos han sido las principales interpretaciones barajadas, a saber: 
• el mito, incapaz de demostrar racional mente sus propias afirmaciones, se ha mostrado a veces como una forma de intelectualidad imperfecta, contrapuesta y subordinada al discurso lógico: un intento fallido de explicar desde una perspectiva racional la naturaleza;
• por otro lado, se ha subrayado que el mito siempre posee su propia coherencia interna, es capaz de expresar igualmente niveles profundos de comprensión (mediante procedimientos pre-racionales, emotivos, simbólicos, estéticos) y, por tanto, puede ser considerado como un tipo de pensamiento autónomo, diferente y no comparable con el científico. 

Los filósofos griegos encontraron un punto de cohesión en la condena de los procedimientos del pensamiento mítico, acusando de no prever y de no exigir ningún tipo de demostración lógica (toda la filosofía en su complejidad nació a partir de una dura contraposición a esta mentalidad antigua y tradicional). Platón fue la única y parcial excepción: no vaciló en aprovechar la capacidad del mito de “decir lo indecible” esto es, de expresar según verosimilitud intuiciones tan profundas que superaban los límites de la razón y, por esto, inexpresables según verdad. 

En el marco del desprestigio general sufrido por el mito, que se prolonga hasta el s. XIX, la excepción estuvo representada por G. B. Vico (Principios de una ciencia nueva,1730), quien vislumbró en el mito una sabiduría poética primordial: la capacidad de los hombres primitivos de usar la fantasía para dar una explicación a la naturaleza. La intuición de Vico, que vio en el mito una forma de conocimiento diferente pero no por ello inferior a la argumentación racional, fue retomada en el S. XX por diversas escuelas de pensamiento: la etnología (el estudio de los pueblos anclados todavía hoy en el estado tribal) de Lévy-Bruhl y la antropología (el estudio de las condiciones típicas de la humanidad en general) de Lévy-Strauss han subrayado cómo el pensamiento primitivo sigue reglas y leyes de coherencia interna muy fuertes, aunque abiertamente diferentes de las de la lógica argumentativa. 

Finalmente, E. Cassirer (Filosofía de las formas simbólicas, 1925) ha detectado la esencia de la modalidad mítica del pensamiento en la incapacidad de distinguir entre el contenido y la forma del símbolo, es decir, entre el ámbito de lo concreto y el ámbito de los significados (de esta forma, la luz y el Sol no son sólo «representaciones» de la divinidad, sino divinidades (en sí mismas).

Perseo y Medusa


 

El mito de Perseo y Medusa, según Píndaro y Apolodoro, comenzó con una búsqueda. Perseo era el hijo de Dánae y Zeus, quien se acercó a Dánae en la forma de un manantial dorado. Al padre de Dánae, Acrisio rey de Argos, le habían hecho una predicción, que el hijo de Dánae lo mataría. Así que Acrisio encerró a su hija en una cámara de bronce, pero Zeus se transformó en una lluvia de oro y la embarazó de todos modos. Acrisio, no quiso provocar a Zeus, así que puso a su hija y a su nieto en un cofre de madera que arrojó al mar. La madre y el hijo fueron rescatados por Dictis en la isla de Serifos. Dictis crió a Perseo hasta la edad adulta, pero fue el hermano de Dictis, Polidectes el rey, quien lo enviaría en una búsqueda que amenazaría su vida.

Polidectes se enamoró de la madre de Perseo y quiso casarse con ella, pero Perseo protegió a su madre ya que creía que Polidectes no era honorable. Polidectes se las arregló para engañar a Perseo; celebró un gran banquete con el pretexto de recaudar contribuciones para el matrimonio de Hipodamía, la que amansaba caballos. Pidió que los invitados trajeran caballos como regalos, pero Perseo no tenía uno. Cuando Perseo confesó que no tenía ningún regalo, ofreció cualquier regalo que el rey nombrara. Polidectes aprovechó su oportunidad para deshonrar e incluso deshacerse de Perseo y pidió la cabeza de la única Gorgona mortal: Medusa.

Medusa era una enemiga formidable, ya que su espantosa apariencia podía convertir a cualquier persona que la mirara en piedra. En algunas variaciones del mito, Medusa nació como un monstruo al igual que sus hermanas, que son descritas de esta forma; rodeadas por serpientes, lenguas vibrantes, dientes rechinantes, tenían alas y garras de bronce así como dientes enormes. En mitos posteriores (principalmente en Ovidio) Medusa era la única Gorgona que poseía cabello de serpientes, por tratarse de un castigo de Atenea. En concordancia, Ovidio relata que una hermosa mortal fue castigada por Atenea con una apariencia espantosa y serpientes repugnantes como cabellos por haber sido violada en el templo de la diosa por Poseidón.

Perseo, con la ayuda de algunos regalos divinos, encontró la cueva de las Gorgonas y mató a Medusa decapitándola. La mayoría de los autores afirman que Perseo pudo decapitar a Medusa con un escudo de bronce reflectante que le dio Atenea mientras la Gorgona dormía; con la decapitación de Medusa, Pegaso y Crisaor (sus hijos con Poseidón) brotaron de su cuello cortado. Simultáneamente con el nacimiento de estos niños, las hermanas de Medusa, Euríale y Esteno persiguieron a Perseo. Sin embargo, el regalo que le otorgó Hades, el casco de la oscuridad, le otorgó la invisibilidad. No está claro si Perseo se llevó a Pegaso con él en sus siguientes aventuras o si continuó utilizando las sandalias aladas que le dio Hermes.

Perseo ahora volaba (ya fuera por Pegaso o por las sandalias aladas) con la cabeza de Medusa, colocada en una bolsa segura, la cual mantenía su potente mirada pétrea. Perseo, en su viaje a casa se detuvo en Etiopía, donde el reino del rey Cefeo y la reina Casiopea estaba siendo atormentado por el monstruo marino de Poseidón, Ceto. La venganza de Poseidón estaba siendo infligida sobre reino por la afirmación arrogante de Casiopea de que su hija, Andrómeda, (o ella misma) era igual en belleza a las nereidas. Perseo mató a la bestia y ganó la mano de Andrómeda. Sin embargo, Andrómeda ya estaba comprometida, lo que causó que estallara una disputa, que a su vez provocó que Perseo usara la cabeza de Medusa para convertir a su anterior prometido en piedra.

Antes de su regreso a su hogar en Serifos, Perseo se encontró con el titán Altas, a quien convirtió en piedra con la cabeza de Medusa después de algunas palabras pendencieras, creando así las montañas Atlas del norte de África. También durante su viaje a casa, la cabeza de Medusa derramó en la tierra algo de sangre que se transformó en víboras libias que mataron al argonauta Mopso.

Perseo regresó a casa con su madre, quien aún se encontraba a salvo de los avances del rey Polidectes, pero Perseo se encontraba enfurecido por el engaño de este. Así que se vengó convirtiendo a Polidectes y su corte en piedra con la cabeza de Medusa y luego le dio el reino a Dictis. Después de que Perseo terminó los asuntos con la cabeza de la Gorgona, se la dio a Atenea quien adornó su escudo y su peto con ella.

LA CAJA DE PANDORA


 

Zeus y el resto de los dioses vivían en el monte Olimpo. En la tierra el titán Prometeo creó la raza humana a la que dotó de conocimientos y le enseñó a respetar a los dioses. A Zeus le gustó mucho lo que había hecho Prometeo y quiso darle un premio. Ordenó al dios Hefesto que creara la primera mujer de la tierra para regalársela a Prometeo. Hefesto modeló con arcilla una bellísima mujer que llamó Pandora.La belleza de Pandora impresionó a todos los dioses del Olimpo y cada dios le fue concediendo una cosa. Atenea la dotó de sabiduría, Hermes de elocuencia y Apolo de dotes para la música.El don de Zeus consistió en una hermosa caja, que se suponía contenía tesoros para Prometeo, pero le dijo a Pandora que la caja no podía abrirse bajo ningún concepto, lo que Pandora prometió a pesar de su curiosidad. Pandora y su caja fueron ofrecidos a Prometeo, pero este no se fiaba de Zeus y no quiso aceptar los regalos. Para que Zeus no se ofendiera Prometeo entregó ambos regalos a su hermano Epimeteo y le dijo que guardara bien la llave de la caja para que nadie pudiera abrirla. Cuando Epimeteo conoció a Pandora se enamoró locamente y se casó con ella aceptando la caja como dote.

Un día Pandora, que era muy curiosa, no pudo aguantar más, le quitó la llave a Epimeteo y abrió la caja, de la que salieron cosas horribles para los seres humanos como enfermedades, guerras, terremotos, hambres y otras muchas calamidades.

Al darse cuenta de lo que había hecho Pandora intentó cerrar la caja, pero sólo consiguió retener dentro la esperanza que, desde entonces, ayuda a todos los hombres a soportar los males que se extendieron por toda la tierra 

El nacimiento de Afrodita

 



En el libro V de La Ilíada, Homero nos regala otra versión sobre el origen de esta diosa. Según él, era hija de Dione, la diosa oracular original en Dódona. Dione parece ser equivalente a Rea, la Madre Tierra, a quien Homero trasladó al Olimpo y alude a un hipotético panteón protoindoeuropeo original, con un dios jefe, representado por el cielo y el rayo, y la diosa jefa, representada como la tierra o el suelo fértil. Una vez que el culto a Zeus hubo usurpado el oráculo-robledo de Dódona, algunos poetas lo tuvieron por padre de Afrodita.

Sin embargo, el nombre Afrodita significa «nacida de la espuma«, pues esta es la versión más “aceptada”, y la favorita por todos los artistas que la han representado. Su origen se remite al mito de la creación del olímpico. Gea era la madre Tierra de donde habían surgido todas las razas divinas. Ella sola engendró a Urano (el Cielo), y se unió con él para dar a luz a los Titanes, a los Cíclopes y a los Hecatonquiros.

Pero Urano odiaba a todos sus hijos, por lo que los obligó a vivir en las profundidades de su madre. Un día ella decidió liberarlos y les pidió que se vengaran de su padre, pero todos le temían demasiado. Sólo el menor, Cronos (el tiempo) aceptó la tarea y Gea le entregó una hoz de acero. En la noche, cuando Urano cubrió a Gea para unirse con ella, Cronos le cortó los genitales, y la sangre y el semen de éste cayeron al mar, donde comenzó a formarse la espuma que dio vida a Afrodita.

Llevó más tarde su divina presencia hasta la isla de Citera; pero como le pareció una isla muy pequeña, se trasladó al Peloponeso, para luego establecerse definitivamente en Pafos, Chipre, donde continúa siendo el principal lugar donde se la adora.

Afrodita no tuvo infancia. Se dice que nació adulta, núbil e infinitamente deseable. A veces, se la presenta vanidosa, malhumorada y susceptible. Lo cierto es que es protagonista de decenas de mitos, y al ser de una generación anterior a la de Zeus, es la mayor de los dioses olímpicos.

Debido a su inmensa belleza, Zeus hizo que fuera desposada por Hefesto, el severo, malhumorado, cojo y feo dios del fuego, sólo para evitar que la bella diosa fuera la causa de violencia entre los otros dioses. Por supuesto que Afrodita no estaba contenta con esto y no vaciló a la hora de aceptar el amor de otros, tanto dioses como mortales. Entre sus amantes se encuentran Ares, Hermes, Adonis y Anquises. Así Eros fue fruto de su amor con Ares, el dios de la guerra; Hermafrodito, de su unión con Hermes; y Eneas, el héroe troyano, junto al príncipe Anquises.

Aunque usualmente se hace referencia a Afrodita como “la diosa del amor”, cabe señalar que no era del amor en el sentido cristiano o romántico, sino específicamente erótico (atracción física o sexual)

El mito de Sísifo



 Sísifo fue un personaje de la mitología griega que fundó el reino de Corinto. Era tan astuto que había conseguido engañar a los dioses. Ambicionaba el dinero y para conseguirlo recurría a cualquier forma de engaño. También se dice de él, que fomentó la navegación y el comercio.

 

La leyenda cuenta que Sísifo fue testigo del secuestro de Egina, una ninfa, por parte del dios Zeus. Decide guardar silencio frente al hecho, hasta que su padre, Asopo, dios de los ríos, llega a Corinto preguntando por ella. Es cuando Sísifo encuentra su oportunidad para proponerle un intercambio: el secreto, a cambio de una fuente de agua dulce para Corinto. Asopo acepta.

 

Al enterarse, Zeus entra en cólera y envía a Tánatos, dios de la muerte, para que dé muerte a Sísifo. La apariencia de Tánatos era terrorífica, pero Sísifo no se inmuta. Lo recibe amablemente y lo invita a comer en una celda, en la que lo sorprende haciéndolo prisionero de un momento a otro.

 

Por un tiempo prolongado, nadie murió y el que ahora entra en cólera es Hades, dios del inframundo. Este último exige a Zeus (su hermano) que resuelva la situación. Zeus decide enviar a Ares, dios de la guerra, para que libere a Tánatos y conduzca a Sísifo al inframundo. Sin embargo, con anticipación Sísifo había pedido a su esposa que cuando muriera no le rindiera honras fúnebres. La mujer cumplió cabalmente con el compromiso.

 

Estando Sísifo ya en el inframundo, empezó a quejarse con Hades. Le dijo que su esposa no cumplía con el deber sagrado de rendirle honra fúnebre alguna. Hades lo ignoró en principio, pero debido a su insistencia le otorgó el favor de volver a la vida para reprender a su esposa por tal ofensa. Por supuesto, Sísifo tenía planeado de antemano no regresar al inframundo. Vivió por muchos años hasta que finalmente accedió a ser regresado por Tánatos al inframundo.

 

Estando allí, Zeus y Hades, que para nada estaban contentos con las tretas de Sísifo, deciden imponerle un castigo ejemplar. Dicho castigo, consistía en subir una pesada piedra por la ladera de una montaña empinada. Y cuando estuviera a punto de llegar a la cima, la gran roca caería hacia el valle, para que él nuevamente volviera a subirla. Esto tendría que repetirse sucesivamente por toda la eternidad.


PROMETEO

 



Prometeo era uno de los titanes de la mitología griega. Era hijo de Jápeto y de la ninfa marina Clímene. Junto con su hermano Epimeteo, debía crear la humanidad y proveer tanto a los humanos como a los animales todo aquello que fuera necesario para vivir.

Epimeteo comenzó creando los animales. Les otorgó características como el valor, la fuerza, la rapidez, además de características físicas como patas o pelo para poder sobrevivir. Tenía que crear un ser que fuera superior a los demás pero no sabía qué hacer, así que recurrió a Prometeo para ver si podía ayudarle en su empresa.

Prometeo tuvo la solución. Decidió dotar a los seres humanos de una forma mucho más noble y la capacidad de andar erguidos en dos piernas. Además, les otorgó la capacidad de trabajar y construir, así como también les enseñó a domesticar a los animales y a recoger los frutos de la tierra.

Pero además les otorgó un don, la capacidad de hacer fuego obtenido de una chispa del carro del sol. Era lo más valioso que podía haberles dado a los hombres.

Sin embargo, no todos lo vieron tan beneficioso. Zeus se enfureció ante tal osadía, ya que les había dado un elemento que se consideraba divino, el fuego.

Para darle una lección, encargó a su hijo Hefestos que crease a partir de arcilla a la primera mujer. Su nombre sería Pandora.

Se le otorgaron todos los tributos y valores imaginables. Se le ofreció a Prometeo como esposa pero la rechazó debido a que sentía recelos de un regalo hecho por sus enemigos, así que fue ofrecida a su hermano.

Ella le ofreció una caja que le había otorgado Zeus. Éste la abrió y trajo al mundo todos los males y la desgracia.

Prometeo quiso vengarse de Zeus, por lo que decidió sacrificar dos bueyes. Dejó en una pila las partes comestibles de los animales y las recubrió con el vientre, mientras que dejó los huesos cubiertos con la piel del animal.

Acto seguido le dio a Zeus la oportunidad de elegir entre los dos montones. Zeus respondió que el montón cubierto por la piel.

Al descubrir éste el engaño, ordenó a Hermes que encadenase a Prometeo en una cueva del Cáucaso. Allí cumpliría su castigo.

Un águila le devoraría las entrañas durante treinta mil años pero sin provocarle la muerte, ya que éstas se regeneraban continuamente. Se libró finalmente de su tortura gracias a la ayuda de Heracles, quien le liberó y mató al águila.

ÍCARO

 

El mito de Ícaro no comienza con la construcción por parte de su padre, Dédalo, de las alas para escapar de Creta. Tampoco con la construcción del laberinto del Minotauro. No. El origen de este mito hay que buscarlo antes, en el momento en el que el rey Minos promete a Poseidón sacrificar el primer ser que surja del mar.

Poseidón hizo salir del agua un hermoso ejemplar de toro blanco. Minos, lejos de cumplir su palabra, se apiadó del precioso animal y lo incorporó a su rebaño como uno más de sus animales.

Cómo todos sabemos, si hay algo que molestaba a los dioses griegos era la falta de respeto a su persona. Eran dioses bastante engreídos y este tipo de actos eran vistos como una total afrenta. Así pues, Poseidón se enfadó muchísimo, y quiso por tanto castigar a Minos. Hizo que su esposa, Pasífae, se enamorara perdidamente de este toro blanco.

Así sucedió. La reina quedó completamente embaucada por las formas y color de este gran animal. Tanto fue su amor, que Dédalo se vio obligado a construir una vaca de madera para meterse dentro, así podría estar con su objeto de deseo. El toro, nada más ver la vaca de madera, decidió montarla, algo que daría como resultado un embarazo y un horrible hijo, el Minotauro.

Fue en este momento cuando Minos pidió a Dédalo construir un laberinto para encerrar al Minotauro. Un laberinto realmente complejo que nadie jamás sería capaz de descifrar. Nadie excepto Teseo, que aleccionado por Ariadna, que a su vez había conseguido la información del mismo Dédalo, consiguió penetrar en este laberinto y dar muerte al famoso Minotauro.

Minos se enfadó considerablemente, y decide encerrar tanto a Dédalo como a su hijo en el laberinto, con el fin de que jamás pudieran salir de esa trampa.

Dédalo era un hombre de recursos, así pues, fabricó para él y su hijo unas alas para poder escapar volando. Las fijó con cera en los hombros de Ícaro y en los suyos, y acto seguido emprendieron el vuelo.

El padre aconsejó a su hijo que no volcara demasiado alto. No obstante, Ícaro era joven, imprudente y orgulloso. Decidió no hacer caso a las indicaciones de su padre y comenzó a elevarse más de lo recomendable. Tanta altura tomó que el sol comenzó a impactar directamente sobre la cera, derritiéndola y haciendo que Ícaro, desprovisto de sus alas, se precipitara hacia el vacío.

Otra versión indica que no eran alas, eran barcos de vela. Según esta versión, Dédalo habría inventado así la primera vela conocida por los hombres, construyendo un barco para él y otro para su hijo. No obstante, su hijo fue incapaz de controlar este vehículo y pereció en alta mar.