miércoles, 28 de febrero de 2024

LA EDAD DE LOS METALES

 Este segundo período de la prehistoria comenzó hace unos 7.000 años, cuando los seres humanos comenzaron a utilizar los metales para la elaboración de sus objetos y herramientas. El primer metal que se utilizó fue el cobre. Posteriormente se emplearon el bronce y el hierro. Las principales actividades económicas desarrolladas en esta etapa fueron, la agricultura, la ganadería, y gracias a la llegada de los metales, se produjo el intercambio de bienes y posteriormente la elaboración de monedas, dando lugar al comercio. El desarrollo de la agricultura y la ganadería generó excedentes en la producción (sobrantes) que comienzan a ser intercambiados o comercializados.

Otras características de este período son: 

• Surgimiento de grupos sociales diferenciados. Se pasa de una sociedad igualitaria a una sociedad dividida en clases sociales teniendo en cuenta elementos como: prestigio (guerra, religión); por nacimiento (familia más importante), control de la producción; 

• Aparición de los primeros Estados como forma de organización política. El conocimiento de los metales hace a unos pueblos más fuertes que a otros, aparece la guerra. 

• Desarrollo de las ciudades 

• Arte basado en la construcción de grandes monumentos de piedra, algunos para rendir culto a sus dioses, otros para sepultar a los muertos.




La Segunda Revolución Industrial y las transformaciones tecnológicas

 La Segunda Revolución Industrial, también denominada “la era del Gran Capitalismo” tiene su comienzo entre los años 1850 y 1870, momento en el cual se inicia un proceso de importantes innovaciones tecnológicas, científicas, económicas y sociales.

Entre las nuevas industrias sobresalen la química, la automovilística, la eléctrica, la de petróleo y la de acero en países como Estados Unidos, Rusia, Japón, Alemania y todos aquellos pertenecientes a Europa Occidental. A diferencia de la Primera Revolución Industrial, que solo se desarrollo en Gran Bretaña, la Segunda Revolución tiene un ámbito mundial.

Otros progresos fundamentales durante este periodo se obtienen con los buques de acero y las locomotoras movidas a vapor, el desarrollo del aeroplano y el automóvil y su correspondiente comercialización, además de la producción de bienes de consumo, el enlatado de alimentos, la refrigeración mecánica y otras técnicas de preservación; también sobresale la invención del teléfono y la radio como medios de comunicación. El conjunto de todos estos inventos y adelantos conllevan a una revolución científica que abre nuevos campos de investigación.

Se afirma que hacia 1914, cuando comienza la Primera Guerra Mundial, esta revolución llega a su final; sin embargo, esta fecha no se puede aplicar sino para los países europeos, puesto que Estados Unidos y Japón sólo participan activamente en la guerra hasta 1917.


El inicio del siglo XX en las diversas regiones del mundo

Europa:

La mayoría de países europeos desde el siglo XIX e inicios del siglo XX rigen el orden económico y político a nivel mundial.

América:

América del Norte: Estados Unidos se consolida durante el siglo XIX como una nueva potencia con la cual Europa tendrá que contar desde este momento.

América del Sur: la mayoría de las naciones jóvenes que la conforman se encuentran estancadas en su desarrollo político y social, por estar involucradas en guerras civiles o en enfrentamientos con sus vecinos, mientras otras aún están luchando por lograr su independencia.

Asia:

En este continente se destaca Japón, que pasa de ser un país con estructura medieval a convertirse en la potencia predominante de la región, llegando a superar al milenario Imperio Chino terminado el siglo anterior

África:

La mayor parte de este continente durante las últimas décadas del siglo XIX, está totalmente colonizado, por las potencias imperialistas. Tan sólo algunos territorios pudieron mantener su libertad, como es el caso de Liberia, que fue una nación creada por Estados Unidos para deportar a sus ex esclavos, Libia que tiene poco interés colonial por su condición de desierto y el imperio Etíope que fue el único que resistió la fuerza de los invasores.

Oceanía:

Se presenta como un territorio propicio para la colonización europea, especialmente por el poco porcentaje de población nativa. 

Tensión entre grandes potencias al iniciarse el siglo XX

Al iniciar el siglo XX, las relaciones entre las potencias imperialistas se caracterizaron por el aumento de contradicciones y ambiciones hasta el punto de generarse guerras por el reparto territorial. Situación que trajo consigo transformaciones y conflictos que van a alterar de manera decisiva el destino de cada una de ellas.  

Por un lado, el colonialismo acentuó la rivalidad entre las potencias industriales europeas en busca de territorios y mercados, mientras que el imperialismo provocó que los roces entre las potencias salieran del ámbito europeo y abarcaran cualquier espacio a nivel mundial. Por lo tanto, el colonialismo y el imperialismo empeoraron las tensiones económicas, puesto que tendieron a establecer economías cerradas con sus colonias.

Lo anterior llevó, en primer lugar, a una lucha por territorios y, posteriormente, a la guerra de impuestos entre los territorios repartidos.

Otros elementos que distanciaron las relaciones internacionales fueron el proteccionismo hacia las colonias y la rivalidad psicológica entre los pueblos, donde el creciente nacionalismo fue difundido por la prensa y por las grandes industrias y campañas de militares. Los casos más evidentes se dieron en Gran Bretaña, Francia y Alemania, donde el odio al vecino fue la norma regular. Todos estos aspectos traen como consecuencia la progresiva competencia y rivalidad entre las potencias lo que da origen al desarrollo de la Gran Guerra en 1914.

Como ejemplo de estas tensiones se puede destacar el desafío que la poderosa Alemania le hace a la larga hegemonía británica en dos aspectos especialmente:

Rivalidad económica: en 1896 se publica en Gran Bretaña el libro Made in Germany de Ernest E. Williams, en el cual se da una señal de alerta frente a la importante competencia que significa la economía germana en los aspectos industrial, comercial y financiero.

Rivalidad naval: las leyes navales alemanas de 1898 y 1900 significaron un claro desafío a la hegemonía naval británica. Por esta razón, en 1907 el gobierno de Londres responde con la construcción del “Dreadnought” barcos de guerra con mayor reforzamiento. En respuesta, los alemanes incrementan su poderío naval. Es así como las potencias se lanzan a la incansable carrera de armamentos navales.

Dentro de los aspectos que influyeron en esta época de tensión entre potencias, es de vital importancia destacar el ascenso de Estados Unidos y Japón. Esta situación dio el paso de un poder europeo a un poder mundial de potencias. Las nuevas potencias evidencian sus alcances a través de dos conflictos internacionales: la guerra hispano-cubano norteamericana de 1898 y la guerra ruso-japonesa de 1905.

ACTIVIDAD

1. ¿Cuáles son las principales diferencias que se presentan entre la Primera y la Segunda Revolución Industrial? 

2. Selecciona tres progresos o avances logrados durante la Segunda Revolución Industrial y explica la importancia que han tenido para el desarrollo de la humanidad. 

3. En un octavo de cartulina, realiza el croquis de un mapamundi. Luego representa con símbolos o dibujos la situación que viven las diferentes regiones de los continentes al iniciar el siglo XX. 

a. ¿Qué puedes concluir con esta información?

 b. ¿Cuáles son las semejanzas o las diferencias de la situación de estas regiones al iniciar el siglo XX, con las condiciones actuales?

martes, 27 de febrero de 2024

LA PREHISTORIA

 LA PREHISTORIA

Aunque este término “prehistoria” es cuestionado por muchos historiadores, vamos a desarrollar esta unidad con base en esta división tradicional de la historia por ser la que se usa con mayor frecuencia. Así mismo, vamos a tratar de ir a la par describiendo el modo de producción llamado “comunidad primitiva” que caracterizó este gran período de la historia de la humanidad.

Se llama “prehistoria” a la etapa comprendida entre el surgimiento del ser humano hasta la invención de la escritura. En este periodo, el ser humano vivió expuesto a diferentes cambios que afectaron su forma de vida. Aunque la información que tenemos sobre esta época es muy escasa, los descubrimientos hechos por distintas ciencias como la arqueología, y la paleontología han permitido reconstruir las características de ese tiempo. La prehistoria se divide en dos grandes periodos: la Edad de Piedra y la Edad de los Metales. Estos también se subdividen en periodos más pequeños, tal como lo muestra el mapa conceptual.


ÁFRICA, CUNA DE LA HUMANIDAD

África es un continente formado por 54 países. Es considerado la cuna de la humanidad pues según los datos disponibles en la actualidad, el primer homínido surgió en la parte Oriental de África y desde allí se desplazó al resto del mundo. Se cree que el Homo Erectus fue la primera especie que abandonó este territorio, debido a que se han encontrado restos de esta especie en Asia, Europa y África. En América y en Australia sólo se han encontrado restos de homo sapiens.

LA PREHISTORIA: LA EDAD DE PIEDRA

La edad de piedra es la primera etapa de la prehistoria. Abarca desde el comienzo del uso de la piedra como material para la fabricación de herramientas de los primeros seres humanos hasta el descubrimiento de los metales. A su vez esta etapa se divide en 2 periodos: Paleolítico y Neolítico.

Período Paleolítico: Este periodo se caracteriza por la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres como las actividades de las cuales los seres humanos obtenían el sustento. Cazaban mamuts, osos, elefantes, bisontes y otros grandes mamíferos. De ellos obtenían carne para alimentarse y pieles para cubrirse. Elaboraban sus herramientas de piedra, especialmente objetos cortantes para cazar. También empleaban la madera y los huesos. Eran nómadas, es decir, no habitaban de manera permanente en un lugar, sino que constantemente cambiaban de lugar en búsqueda de comida, o de mejores condiciones climáticas.  

En este periodo los seres humanos tenían que enfrentarse al clima muy frío, las enfermedades, el ataque de los animales y la falta de disponibilidad permanente de alimentos, por lo cual morían siendo muy jóvenes. Para satisfacer sus necesidades de alimentación, defensa y seguridad, las personas se agrupaban en bandas de pocos integrantes cada una. Esta forma de organización se desarrolló durante gran parte del Paleolítico. Con el tiempo, se formaron clanes en los que se agrupaban las bandas que se consideraban descendientes de un antepasado común. Cuando existía algún peligro y había que defenderse de posibles ataques, se unían varios clanes. Así, los grupos de varios clanes formaron las tribus. Uno de los logros más importantes en este periodo fue el conocimiento y dominio del fuego. Gracias a el pudieron calentarse y enfrentar las difíciles condiciones del clima de aquella época. Así mismo, cambiaron su alimentación pues ya no era solo cruda sino también cocinada al fuego. El fuego también les sirvió para ahuyentar a los animales salvajes, y para iluminar sus cuevas. Los seres humanos de aquella época creían en la existencia de fuerzas sobrenaturales que les ayudaban en la caza, que curaban a los niños o que hacían que las mujeres tuvieran muchos hijos. Para obtener la ayuda de estas divinidades, las tribus decoraban las paredes con pinturas, y elaboraban esculturas en piedra, representando símbolos de la fertilidad. A este tipo de arte se le conoce como arte rupestre.

Período Neolítico: Este período también es conocido como “la revolución del Neolítico”, pues en él se produjo un hecho que a su vez dio lugar a cambios que transformaron profundamente la forma de  vida de los seres humanos. Este hecho es el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, cuando los seres humanos aprendieron a cultivar plantas y a domesticar animales.

De esta manera los hombres y las mujeres ya no dependían solo de la caza, la pesca y la recolección para alimentarse, sino que podían cultivar sus propios alimentos. Las primeras especies que se cultivaron fueron los cereales: el trigo se cultivó en el Oriente Medio y en Europa; el arroz en Asia, y el maíz en América. En cuanto a la domesticación de animales, esta no apareció en un solo lugar. Se cree que cada especie pudo empezar a ser domesticada en diferentes lugares más o menos al tiempo. Probablemente las primeras especies de animales que se domesticaron fueron el perro y el cerdo, porque ambas se alimentan de lo mismo que consumen los humanos. Otros animales domesticados en este periodo fueron el caballo, la cabra, la oveja y el buey.

Al nacer estas nuevas actividades económicas, los grupos humanos se instalaron cerca de fuentes de agua para poder garantizar el crecimiento de sus cultivos. Por esto dejaron de ser nómadas y se convirtieron en sedentarios. De esta manera pudieron garantizar su comida, alimentarse mejor y por lo tanto empezaron a multiplicarse y a vivir más años. Esto dio lugar al surgimiento de poblados, generalmente ubicados cerca de los ríos. 

Otro efecto del desarrollo de la agricultura y la domesticación de animales fue la especialización del trabajo. Esto significa que ya no era necesario que todas las personas hicieran la misma actividad, ahora mientras unas personas cultivaban los campos, otras cuidaban los animales, otras fabricaban armas, otras usaban fibras de plantas para elaborar tejidos, otros comenzaron a cocer el barro en el fuego y así fabricaban utensilios de cerámica. 

En la parte artística también hubo cambios. En las pinturas fue volviéndose muy importante la representación de la figura humana y escenas de la vida cotidiana como la caza, la recolección de vegetales, la danza, etc.  

jueves, 15 de febrero de 2024

EL IMPERIALISMO

EL IMPERIALISMO

El término imperialismo hace alusión a las doctrinas políticas que establecen una relación entre naciones en términos de superioridad y sumisión. Es decir que una de ellas es dominada y otra ejerce la autoridad en materia militar, económica y/o cultural. Así se impone la agenda que le resulta mayormente favorable a la dominadora. La dominación imperial puede darse, por un lado, mediante la colonización. La misma implica el poblamiento del territorio colonizado, la explotación económica y/o la presencia militar. Por otro lado, puede darse mediante la subordinación cultural (llamada en algunos casos aculturación). El imperialismo es un fenómeno político de larga data en la historia de la humanidad y que ha contribuido a formar el panorama mundial contemporáneo. Así, se dibujan en el mundo relaciones desiguales y verticales. El mayor beneficio siempre se lo lleva la nación más poderosa

ORIGEN DEL IMPERIALISMO. 

Los imperios han existido desde los inicios de la humanidad, y sus dinámicas de conquista han sido siempre más o menos las mismas. Por ejemplo, como el Imperio Egipcio, el Imperio Persa, la Antigua Grecia o el Imperio Romano, ejercieron por la fuerza y mediante el dominio económico un control enorme sobre otras regiones del mundo. De ellos, la nación antigua más poderosa fue el Imperio Romano, que logró expandirse hasta casi la totalidad de Europa, el norte de África y el Oriente Medio. En los períodos de dominación imperial se han expandido a la fuerza religiones, lenguas y costumbres. En muchos casos, la combinación de la cultura colonizadora y colonizada llegaron al sincretismo, formas culturales mixtas que permitieron la supervivencia de muchos elementos de las culturas subordinadas.

HISTORIA DEL IMPERIALISMO.

Aunque ha existido durante toda la historia y también en Oriente, usualmente al hablar de imperialismo o colonialismo, nos referimos a un período concreto de la historia: la expansión europea en el mundo entero, comenzando en el siglo XV y prolongándose hasta la Edad Contemporánea. Este período fue sucedido por una época que en parte implicó el proceso opuesto: tras la Segunda Guerra Mundial se produjo una compleja des-colonización de África y de Asia. Las colonias americanas ya habían logrado su independencia oficial a través de cruentas guerras a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Durante la etapa del imperialismo, los grandes estados europeos impusieron controles políticos, económicos y militares a otras naciones menos aventajadas. Así lograron hacer acopio de sus recursos y nutrirse de distintas latitudes.

El período más intenso de la expansión imperial tuvo lugar entre 1880 y 1914. Los principales destinos coloniales de Europa fueron:

• América. Recién descubierta, era fuente de materias primas en volúmenes masivos. 

• África. Fue saqueado para alimentar la industria esclavista.

 • Asia. Se extraían insumos comerciales exóticos y de mucho valor.

CAUSAS DEL IMPERIALISMO 

El imperialismo europeo respondía a las siguientes causas: 

• Necesidad de materias primas. Una Europa que daba sus primeros pasos hacia el capitalismo temprano necesitaba un flujo estable de materia prima que acumular, procesar y convertir en productos refinados o elaborados. En ese sentido el sistema colonial era perfecto: se extraía la materia prima de los países menos desarrollados con mano de obra esclava o semi-esclava. 

• Competencia entre los imperios. Los diversos imperios de Europa rivalizaban en su crecimiento, ya que el primero en desarrollarse ejercería predominancia sobre los demás, ampliando al máximo su territorio. De igual forma se competía por el control de las rutas marítimas comerciales, que eran el corazón mercantil de la época (el llamado Mercantilismo). 

• La exploración del mundo y la ciencia. El auge de la ciencia y la tecnología europeas requerían nuevos materiales que descubrir y procesar, para amasar un potencial industrial y científico que les diera superioridad frente a los demás imperios. 

• Darwinismo social. La ideología que dominaba en Europa era heredera de los recién descubiertos estudios de Charles Darwin, y consideraba biológicamente inferiores a los pobladores del resto del mundo. Se suponía que esto era una justificación para la ocupación de sus territorios y su explotación, ya que estaban “llevándoles el progreso” a pueblos que sino jamás lo conocerían. 

IMPERIALISMO Y COLONIALISMO. 

No hay que confundir imperialismo y colonialismo, aunque sean procesos que van de la mano. El colonialismo es un sistema político-económico, de tipo extractivista, que se da cuando un Estado poderoso ocupa el territorio de otro más débil. Además, somete a su población a condiciones de servidumbre o esclavitud, e impone leyes y sistemas de gobierno que convienen al invasor. El imperialismo, en cambio, puede darse en otros términos, no estrictamente coloniales, o al menos sin requerir la ocupación física del territorio dominado. Así ocurre en el imperialismo cultural, por ejemplo, o en el comercial, en el que se domina al otro mediante imposiciones culturales o desigualdades económicas. Más en: Colonialismo

 CONSECUENCIAS DEL IMPERIALISMO. 

El imperialismo tuvo distintas consecuencias, como fueron: 

• La preparación de Europa para asumir el capitalismo, ya que le concedió una ventaja injusta para la posterior competencia comercial que se dio en siglos posteriores (XX y XXI). 

• La lucha de los países sometidos por liberarse del yugo imperial y fundar naciones jóvenes, como las latinoamericanas, a partir de poblaciones diezmadas por la guerra. 

• La expansión de las lenguas imperiales, que hoy en día persisten en muchos de los territorios dominados. 

• La multiculturalidad europea, que se desarrolló en siglos siguientes, cuando de los territorios coloniales emigraron muchos ciudadanos persiguiendo las mejores condiciones de vida de la metrópoli.

ECONOMÍA DESIGUAL. 

El imperialismo determina dinámicas económicas desiguales. El territorio sometido debe entregar parte de sus recursos al dominador, a cambio de productos elaborados, bienes culturales y a veces la administración de sus propios territorios. Este intercambio se daba entre las compañías europeas y los cultivadores locales. Los productores no veían recompensado su trabajo en los términos ideales, sino a través de una relación paternal de parte de Europa. La metrópoli, supuestamente los favorecía acercándolos a la “civilización”, es decir, les imponía más o menos una educación, tradiciones, lengua y religión europeas. El resultado directo de este modelo económico es el enriquecimiento de la metrópoli, pero no siempre de las colonias, o en todo caso sólo de un sector. 

EL REPARTO DE ÁFRICA. 

En 1885, en plena fase de expansión europea, las potencias del mundo acordaron el reparto del continente africano, en la Conferencia de Berlín. Allí estaban presentes las 12 naciones más poderosas de Europa (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, Portugal, Holanda, Austria-Hungría, España, Rusia, Italia, SueciaNoruega y Dinamarca), junto a Turquía y Estados Unidos. Al final de la conferencia, casi el total del continente africano pasó a ordenarse según los intereses europeos, sin tener en cuenta las diferencias entre las poblaciones locales o sus necesidades. Por eso, hasta el día de hoy las naciones africanas tienen fronteras totalmente rectas (dictadas según los meridianos). En 1885, en plena fase de expansión europea, las potencias del mundo acordaron el reparto del continente africano, en la Conferencia de Berlín. Allí estaban presentes las 12 naciones más poderosas de Europa (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, Portugal, Holanda, Austria-Hungría, España, Rusia, Italia, SueciaNoruega y Dinamarca), junto a Turquía y Estados Unidos. Al final de la conferencia, casi el total del continente africano pasó a ordenarse según los intereses europeos, sin tener en cuenta las diferencias entre las poblaciones locales o sus necesidades. Por eso, hasta el día de hoy las naciones africanas tienen fronteras totalmente rectas (dictadas según los meridianos).

IMPERIALISMO EN EL SIGLO XX 

Se distingue a menudo entre colonialismo e imperialismo, para referir con este último término la actitud de las potencias mundiales durante el siglo XX: EEUU y Japón, así como los mencionados imperios europeos, frente al resto del mundo. Este nuevo imperialismo consistió en una política colonial acelerada, cuyo reparto geopolítico y estratégico del globo condujo a fricciones y enemistades entre ellas. El resultado (debido también a otros factores) fue la Primera Guerra Mundial y, por consecuencia, a la Segunda Guerra Mundial.

IMPERIALISMO Y CAPITALISMO 

El colonialismo le dio a Europa el potencial energético, tecnológico y material para desarrollar el capitalismo temprano. A largo plazo, le permitió alcanzar las condiciones mínimas necesarias para la Revolución Industrial. Es decir que todo lo saqueado a las otras naciones se invirtió en sus propios sistemas y en crecimiento. Así es como su desarrollo se adelantó al de otras naciones, simultáneamente que retrasaba el de las colonias. Por eso, incluso al independizarse, continuaron dependiendo económica, financiera y tecnológicamente a Europa. Se distingue a menudo entre colonialismo e imperialismo, para referir con este último término la actitud de las potencias mundiales durante el siglo XX: EEUU y Japón, así como los mencionados imperios europeos, frente al resto del mundo. Este nuevo imperialismo consistió en una política colonial acelerada, cuyo reparto geopolítico y estratégico del globo condujo a fricciones y enemistades entre ellas. El resultado (debido también a otros factores) fue la Primera Guerra Mundial y, por consecuencia, a la Segunda Guerra Mundial.