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A los cambios generados en el orden económico y social en Colombia en los primeros años del siglo XX, se sumó la concentración de la fuerza de trabajo en las
ciudades más importantes del país dando
lugar a la clase obrera que era empleada
en diversos sectores comerciales nacientes:
cigarrillos, cervezas, tejidos; por un sector
empresarial con fuertes monopolios.
Inicialmente, los obreros se fueron
organizando en sindicatos y ante la debilidad política del Estado se desencadenaron las primeras huelgas como manifestación de descontento ante la presión de
una clase dirigente que no apoyaba con
justicia al trabajador y ante una fuerte explotación de hacendados y latifundistas.
En 1910 varias asociaciones artesanales y obreras comenzaron a darle forma a su pensamiento de organización y
crearon en 1913 la Unión Obrera Colombiana, realizando en 1919 la primera conferencia nacional y divulgando su
pensamiento a través de un semanario.
Fue con los movimientos huelguísticos
como se comenzó a formar el sentido gremial de los obreros. Los primeros movimientos generados en los enclaves coloniales de compañías norteamericanas, en
las zonas petroleras, en la zona bananera,
en las nacientes industrias textiles, hicieron tomar conciencia a los obreros, campesinos y artesanos
que empezaron a organizarse y a recibir la influencia del
movimiento socialista.
Posteriormente, varios intelectuales se organizaron en un
círculo de estudios del marxismo y sus ideas fueron alimentando muchos de estos movimientos. La Unión Obrera de
Colombia se creó en 1913 y a partir de 1919 con el reconocimiento del gobierno al derecho a huelga, se activaron
en forma fuerte, convocando a congresos obreros, cese de
labores laborales, y acción combativa contra el Estado. Uno
de los sectores más afectados fue el de transporte, además
del sector minero, artesanal, de construcción y agricultura.
Fue en ese decenio cuando surgió el despertar obrero
que se manifestó con una inusitada actividad huelguística
que exigía reivindicaciones sobre pago de salarios, jornadas
laborales, estabilidad laboral, cumplimiento de la legislación entonces existente. Como sus peticiones no eran atendidas los trabajadores acudieron a la huelga, la protesta y la
manifestación como otras formas de lucha. Una de estas se
presentó en 1919 con la huelga de obreros de la compañía
inglesa del Ferrocarril de La Dorada que inició el movimiento en defensa de un pliego de reivindicaciones laborales en
torno a salarios, jornada laboral, y problema habitacional.
Otro hecho se dio en la fábrica de tejidos de Bello,
donde cerca de 350 mujeres fueron a la huelga
exigiendo aumento de salarios, reducción de jornada, y mayor respeto por parte de los vigilantes.
Uno de los sitios donde se concentró la lucha
sindical fue en Barrancabermeja, inconforme con
las condiciones de los trabajadores de las exploraciones petroleras y auspiciadas por la figura de
Raúl Eduardo Mahecha, con sus ideas socialistas y
la divulgación de las mismas en el periódico Vanguardia Obrera. Una huelga que dejó huella en
este sector fue la realizada en 1927 con más de 7
000 hombres, y la cual fue duramente reprimida
por el gobierno.
Según estudios de prensa de Mauricio Archila,
en 1921 se dieron nueve huelgas entre las que se
destacan las de ferroviarios y fábricas de tejidos.
En 1923, se realizaron ocho. El ciclo que se inicia
en 1924 se prolonga hasta 1928 iniciándose con
conflictos de transportadores. Fue en 1924 cuando
estalló la primera huelga petrolera en la historia
del país en la cual participaron 30.000 trabajadores que solicitaban el cumplimiento de lo pactado por la Tropical Oil Company que además era
apoyada por el Estado nacional lo que llevó a los
trabajadores a una agitación más radical.
María Cano
Al iniciar el siglo XX, se destacó la líder María Cano,
una de las primeras mujeres colombianas que se
vinculó a la lucha sindical. Una figura importante de la década, agitadora social de los años 20,
quien inició su vida pública movilizándose a favor
de los trabajadores, a quienes motivaba a la lectura.
En 1924 convocó a periódicos y librerías a donar
materiales para organizar una biblioteca popular
gratuita. Escribía en periódicos antioqueños sobre
temas sociales y más adelante se convirtió en abanderada de la libertad y la justicia, luchando contra
la explotación de los trabajadores asalariados.
Fue relevante su acción a favor de la libertad y la
igualdad, enfrentando el régimen conservador, luchando contra la ignorancia y la explotación de los
trabajadores. Ella fue testigo de cómo entre 1925 y
1930, se dio una expansión económica y Colombia
recibió inversión extranjera, previó el momento a
la depresión de 1929. En forma paralela al apoyo
económico, el país recibió varias misiones extranjeras que asesoraban al gobierno en lo económico
como el caso de la misión Kemmerer, de cuyas recomendaciones surgió el Banco de la República.
Fue un período en el cual se crearon diversas instituciones que pretendían ser apoyo para las acciones del Estado. Es así como entre 1925 y 1950 se
dan las bases jurídicas y políticas para la intervención del Estado en la vida económica nacional.
La masacre de las bananeras
El 12 de noviembre de 1928 estalló una gran huelga en la zona bananera de Santa Marta contra la
United Fruit Company (fundada en 1899), pues
esta ejercía un monopolio total: posesión de tierras con cultivo de banano, control del transporte
marítimo del producto, compra de buena parte de
acciones del Ferrocarril de Santa Marta, control del
comercio local y hacia 1910 controlaba el 77%
del mercado mundial del banano. Más de 25.000
trabajadores de las plantaciones se negaron a cortar los bananos y dado que no se llegó a un acuerdo, la huelga terminó con un baño de sangre.
La United Fruit Company era una empresa que
declaraba no tener trabajadores. Utilizaba diferentes estrategias para burlar las obligaciones de los
campesinos. Negociaba con terceros que subcontrataban a los hombres que limpiaban los terrenos,
abrían canales de riego, sembraban banano, recogían la cosecha, empacaban la fruta cortada y la
hacían subir a los vagones para transportarla hasta
los vapores de su gran flota blanca, pero jamás habían figurado en las nóminas de la sociedad creada por Minot Cooper Keith, cabeza de la United
Fruit Company (Melo, Jorge O: 1978).
Al no encontrar respuesta a sus solicitados los
trabajadores iniciaron la huelga. El comunicado inicial de los huelguistas, decía en uno de sus
apartes: Esta huelga es el fruto de dolor de miles de
trabajadores explotados y humillados día y noche
por la compañía y sus agentes; esta es la prueba
que hacen los trabajadores de Colombia para saber si el gobierno nacional está con los hijos del
país, o contra ella y en beneficio del capitalismo
norteamericano y su sistema imperialista.
El gobierno de Abadía ordenó rápidamente el
envío de todo un contingente de militares al mando del general Carlos Cortés Vargas para controlar
la asonada. El gobierno creía que los movimientos
sociales debían ser reprimidos por la fuerza. Desde
el primer momento, se convirtieron en los “consentidos” de la United, ya que además de utilizar
los soldados para el trabajo de las bananeras, protegían sus intereses y propiedades.
El 5 de diciembre, los trabajadores en huelga
se reunieron en Ciénaga, mientras que el Consejo de Ministros de Bogotá, decretaba el estado de
sitio para Santa Marta. Los campesinos recibieron
la noticia de que se presentaría un representante
del gobierno para negociar el pliego en horas de la
tarde, pero este nunca llegó.
Al anochecer, el general Cortés Vargas recibió
orden del Ministro de Guerra Ignacio Rengifo, de
despejar la vía haciendo uso de la fuerza en caso
de que fuera necesario, declarando que era importante detener a las principales cabecillas e impedir
cualquier clase de propaganda subversiva.
Comenzó el desplazamiento de las tropas hacia
las 11 de la noche y hacia de la una de la mañana
del 6 de diciembre, un capitán del ejército hizo
la lectura del comunicado por medio del cual el
general Cortés Vargas ordenaba disolver todo grupo mayor de tres personas, al mismo tiempo que
autorizaba a los militares a disparar sobre la multitud. Dicha orden se hizo efectiva después de los
tres cornetazos de advertencia, dejando un saldo
de innumerables víctimas entre niños, mujeres,
hombres y ancianos.
La masacre de la zona de las bananeras acaecida en el régimen conservador fue un hecho determinante para precipitar la caída de un gobierno desacreditado por la represión y las matanzas
perpetradas por el ejército. Uno de los personajes
que denunció lo sucedido fue Jorge Eliécer Gaitán y la indignación del país al conocer la verdad
fue manifiesta expresándose en las jornadas de
junio de 1929.
Movimientos rurales
Colombia es un país históricamente agrario. Durante mucho tiempo, la economía del país ha girado en torno a la producción del campo como el café, el
banano, la caña de azúcar, el algodón, las flores. Esta situación ha producido
tensiones entre los terratenientes, grandes acumuladores de tierras, quienes han
surgido gracias a la explotación de los campesinos, y los trabajadores del campo
quienes han reaccionado a esta explotación y ha exigido reivindicaciones.
Durante el siglo XX, los campesinos y los indígenas también se movilizaron
para reclamar sus derechos, pues las condiciones de trabajo eran deplorables.
Otro aspecto que incidió en el conflicto fue el
auge de café, que incentivó la colonización antioqueña y que generó enfrentamientos por los títulos
de las tierras que se habilitaba para el cultivo.
De igual manera, la ganadería contribuyó a los
movimientos campesinos, pues esta actividad ocupaba tierras baldías de considerable extensión, especialmente en Bolívar, Antioquia, Magdalena, que habían
dado lugar a grandes haciendas improductivas.
Modalidades de trabajo campesino
Los dueños de las tierras emplearon diferentes modalidades de vinculación y explotación de la fuerza de trabajo campesino entre los que se destacan
los arrendatarios y la aparecería.
Los arrendatarios. En las haciendas pocos campesinos eran asalariados, la gran mayoría eran
arrendatarios, es decir, trabajaban en las labores
agrícolas en una pequeña parcela a cambio de una
parte de la producción o de servicios de trabajo.
La aparcería. En esta modalidad, el aparcero
que cultivaba la tierra, aportaba recursos diferentes a la tierra, en beneficio de la producción, con
el compromiso de vender la cosecha y entregar al
dueño un porcentaje de esta venta.
Además de las labores del campo el aparcero se
comprometía a responder por los arreglos locativos, las mejoras en la infraestructura (caminos, cercas, pozos, entre otros) y el mantenimiento del predio. Si incumplía con alguna de estos compromisos
estaba obligado a pagar una multa al hacendado.
Consecuencias de los movimientos campesinos
Como resultado de las movilizaciones de los campesinos de la década de los años 20, se logró un
grado de organización que pudo oponerse a la
monopolización de la tierra, exigir el reconocimiento del salario y condiciones dignas de trabajo
y de vida.
En este proceso de organización y consolidación de las protestas campesinas, las ideas comunistas jugaron un papel importante, alentando a
estas organizaciones a reclamar los derechos y la
participación política, estas agremiaciones tuvieron el apoyo del Partido Agrario Nacional o Partido
Socialista Revolucionario.
Para el año de 1956, las organizaciones campesinas habían sido sometidas por los organismos del
Estado, ya fuera por la represión o la indiferencia
ante sus peticiones. En 1967, se funda la ANUC,
Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, quien pretendía asociar a los campesinos como una compensación por la lentitud de la reforma agraria.
Movimientos indígenas
Los diferentes grupos indígenas vieron con tristeza como su territorio se iba disminuyendo con la llegada de los colonos, a pesar de que algunas leyes protegían
los resguardos y cabildos existentes.
Bajo el liderazgo de Manuel Quintín Lame los indígenas del Cauca, Tolima
y Huila, se organizaron y reclamaron el derecho a la tierra frenando con esto el
despojo de las tierras por parte de los terratenientes.
Con la guerrilla constituida por Quintín Lame se realizaron asaltos a varias
poblaciones, logrando convocar mayor número de campesinos y generando temor y respeto en los terratenientes.
Por estos hechos fue detenido en mayo de 1915 y mantenido preso por más
de 4 años. Después de la detención se vinculó al movimiento Pijao y con su lucha logró la restitución de los resguardos de Ortega y Chaparral.
A la lucha de Quintín Lame se vincularon varias comunidades indígenas, entre los líderes más destacados está Eutiquio Timoté líder de la comunidad Pijao,
quien se vinculo al socialismo revolucionario a diferencia de Quintín.
A través de 10 imágenes o fotografías, representa las ideas claves del tema: "Movimientos populares y reforma social en Colombia" , no necesitas copiar el documento en el cuaderno.