miércoles, 14 de septiembre de 2022

SISTEMA ECONOMICO

 


 

La mayoría de las personas piensa que la economía es un asunto complejo y difuso que no tiene nada que ver con sus vidas. Pero están en un error. En casi todas nuestras actividades y las de nuestras familias suele haber de por medio temas económicos. La economía está presente en muchas de nuestras vivencias cotidianas, desde la decisión que tomamos diariamente de cómo gastar nuestra mesada, pasando por el precio de las boletas del cine del barrio, hasta el pago del arriendo o de la cuota del apartamento en que vivimos.

 

Pero la economía no sólo está presente en nuestra vida cotidiana, sino que además está estrechamente ligada a los grandes problemas de nuestro país y del mundo. Cuando miramos alrededor solemos hacernos preguntas que son fundamentales para entender la realidad en la que vivimos: ¿Por qué hay gente pobre? ¿Por qué hay unos países más avanzados que otros? ¿Cómo es posible que haya tanta gente desempleada, si hay tantas cosas importantes por hacer? ¿Por qué no se fabrican millones y millones de billetes y se reparten a la gente para que solucione sus dificultades?

 

Si los problemas que están detrás de esas preguntas tuvieran soluciones simples, la vida sería muy distinta. Qué bueno sería vivir en un mundo en el que todos tuviéramos las mismas ventajas y no hubiera pobreza ni desempleo; pero las soluciones a esos problemas son más complejas de lo que parecen y para abordarlas adecuadamente es necesario entender las ideas económicas básicas.

 

EL SISTEMA ECONÓMICO

 

El objeto de cualquier sistema económico es producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades de los individuos que lo conforman. Los individuos tenemos necesidades a las que nos enfrentamos cotidianamente. El alimento, la ropa, la salud y la vivienda son las principales necesidades de los individuos, pero la lista puede ser mucho más larga pues depende de los gustos y las preferencias personales de cada cual; así, esas necesidades, gustos y preferencias cobran forma como bienes y servicios que los individuos desean consumir.

 

¿Y por qué los individuos participamos en el sistema económico para satisfacer nuestras necesidades? La principal motivación detrás de esta decisión es la escasez. El hecho de que sean escasos los recursos que tenemos disponibles para satisfacer nuestras necesidades nos lleva a decidir qué tipo de bienes y servicios producir, ya sea para consumirlos directamente o para intercambiarlos con los demás.

 

LOS RECURSOS SON ESCASOS

 

 

Detengámonos un momento para profundizar en el concepto de escasez, pues es el que le da sentido a la existencia de un sistema económico con sus distintas actividades, agentes y las relaciones que se dan entre ellos.

 

Para los seres humanos es común enfrentarse al hecho de que no pueden disponer de todos los bienes y servicios que desean. Esa restricción para obtener todo lo que quisiéramos es el resultado de que nuestras necesidades superan la cantidad de bienes y servicios que pueden ser producidos en un momento dado en el sistema económico usando todos los recursos disponibles. En este sentido, la escasez obliga a que las personas tomen decisiones sobre cómo usar de la mejor manera lo que es escaso. Pero ¿cómo se define la mejor manera de usar un recurso escaso? Si nos detenemos a debatir esta pregunta, encontraremos múltiples respuestas de acuerdo con los gustos y preferencias de los distintos individuos. Para resolver este interrogante la ciencia económica supone que las decisiones que se toman en el sistema económico son el resultado de una conducta racional de los individuos. Esta conducta racional garantiza que, de todas las opciones que existen para alcanzar un objetivo, la persona tomará la correcta, por ejemplo, en términos de su capacidad económica.

 

Cuando los individuos toman decisiones, sean racionales o irracionales, incurrirán en un costo de oportunidad. El concepto de costo de oportunidad nos recuerda que siempre que decidamos darle un uso determinado a un recurso estaremos renunciando a otras alternativas. En este sentido, el costo de oportunidad en que incurre un individuo al decidir darle un uso específico a un recurso es el uso alternativo más productivo al que está renunciando.

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