Con la finalización de la Segunda Guerra Mundial y la división del planeta en dos polos de poder, el mundo no sólo enfrenta el temor de una tercera gran guerra que por sus características puede significar la destrucción total y el fin de toda forma de vida sobre la tierra, sino que además surge una gran cantidad de conflictos regionales que si bien obedecen a problemas internos de algunas naciones, la injerencia de las grandes potencias a favor o en contra de las facciones en contienda, los convertirán en problemas bélicos de gran envergadura, que terminaron con invasiones de las grandes potencias sobre países pobres, o la división de los mismos partiendo en dos a naciones enteras, dividiendo familias y convirtiendo en enemigos a aquellos que antes eran hermanos de patria, como sucedió en Alemania, pero de forma más dramática en Vietnam y Corea.
La polarización del mundo no fue el único elemento que generó conflicto en la segunda mitad del siglo XX. El otro factor fue la urgencia de ganar aliados, dividir a posibles enemigos y fortalecerse económicamente; de esta forma, se reavivó una antigua riña con matices religiosos pero con un solo objetivo: el petróleo, de esta manera surgió un nuevo conflicto que enfrentó a los países del medio oriente, el conflicto árabe-israelí.
Los conflictos regionales se extendieron por gran parte del mundo hasta llegar a África, en donde las naciones cansadas de la explotación que venían haciendo las potencias mundiales, iniciaron procesos de independencia, situación similar se presentó en el sur de Asia, en India.
Los procesos de independencia africana
Los procesos de independencia africana, comúnmente conocidos como procesos de descolonización, se presentaron después de la Segunda Guerra Mundial gracias a la confluencia de una multitud de factores internos y externos.
Como es sabido, en la segunda mitad del siglo XIX, en el marco de la conferencia de Berlín los países europeos procedieron a “repartirse el África” como una forma de garantizar materia prima y riquezas, que posibilitaran su desarrollo imperialista. Este proceso de sometimiento fue similar al ocurrido en América durante el siglo XV, aunque la explotación del continente africano se caracterizó por su alto nivel de racismo y desprecio por la población aborigen, superando en gran medida los procesos de exclusión y menosprecio que sufrió la población de América.
La influencia del socialismo
Luego de la Revolución Comunista de 1917 y el fortalecimiento del socialismo que se dio con el papel jugado por la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, se comienza a volver realidad la frase de Marx “un fantasma recorre Europa, el fantasma del socialismo”, sólo que esta vez, el socialismo que enfrenatró al imperialismo recorrió las naciones pobres de Asia, África y América. De esta manera, algunas naciones africanas influenciadas por la filosofía y la ideología socialista que proclamaba la igualdad de los hombres, de los pueblos y la lucha contra la opresión y la miseria, iniciaron procesos revolucionarios de independencia por medio de la lucha armada.
Las Naciones Unidas y la carta de las Naciones
Una vez consolidada la Organización de las Naciones Unidas y firmada de la “Carta de las Naciones” y la “Carta de los Derechos humanos” (1948) que garantizaban la soberanía de los pueblos y su derecho a auto determinarse, algunas naciones imperialistas no tuvieron más remedio que reconocer o dar la independencia a los países que tenían sometidos; estos procesos por lo general se dieron de forma pacífica. La dificultad se centró en que las condiciones de miseria, dependencia, ignorancia, violencia social e incultura política en que quedaron las naciones luego de casi cien años de sometimiento, no permitieron una independencia total, dando paso a nuevos procesos de dominación o neo colonización, esta vez ya no por la vía del sometimiento militar, sino de la dependencia económica.
Incluso, algunos imperios aunque reconocieron la independencia de sus sometidos, siguieron ejerciendo sistemas de dominación declarando a estas naciones como “protectorados suyos”, con la excusa que aún no estaban listos para auto gobernarse, es decir, “les damos la independencia pero ustedes se gobiernan bajo nuestro acompañamiento y nuestro control”, continuando de esta manera los procesos de explotación económica, en otras palabras, una independencia a medias.
El racismo y el sometimiento por medio de la violencia
El racismo, entendido como el menosprecio (o desprecio) y la exclusión del pueblo africano que acompañaron la colonización del continente negro y su violento sometimiento, fueron otras de las causas que llevaron a las naciones africanas a luchar por la independencia, como forma de derrocar al gobierno de minoría blanca, que explotaba y empobrecía a las inmensas mayorías negras. Los procesos de independencia que tuvieron estas motivaciones, por lo general fueron procesos armados.
El Apartheid
En Sudáfrica, una de las pocas naciones africanas que mostró simpatía por el fascismo y dio apoyo en la región a la Alemania Nazi, se desarrolló una política de segregación racial a ultranza conocida como el Apartheid, en la cual una minoría blanca de origen inglés y holandés sometió a la exclusión total a una mayoría negra que utilizó sin grandes resultados “todas las formas de lucha” para alcanzar la independencia o por lo menos la igualdad jurídica.
El Apartheid, que se puede traducir como “apartados”, fue una política de Estado que separaba jurídica y económicamente a la población blanca de la negra; de esta manera, había colegios para blancos, colegios para negros, buses para blancos, buses para negros, servicio médico para blancos, servicio médico para negros, universidad para blancos (la población nativa no tenía derecho de cursar educación superior), entre otros. Era tal el desprecio por el nativo africano que el más pobre y desposeído de los blancos vivía en mejores condiciones que el más rico (si es que así se le puede llamar) de los negros, quienes además carecían de derechos políticos.
La lucha por los derechos de igualdad de los negros fue larga y tormentosa. Uno de sus líderes más reconocidos, Nelson Mandela, purgó una condena de 27 años por su lucha contra el Apartheid. Este conflicto fue uno de los que inspiró procesos de independencia en África. En las últimas décadas del siglo XX y gracias a la lucha constante de los nativos sudafricanos y a las fuertes presiones de la comunidad internacional, desaparece el Apartheid y es liberado Nelson Mandela, quien logró la presidencia de su nación, para garantizar jurídicamente la igualdad política de todos los ciudadanos.
La independencia de India
La lucha de la extensa y milenaria nación de la india por su independencia, fue otro ejemplo a seguir por los países de Asía y África que se encontraban bajo el control colonial de las potencias europeas, en especial Gran Bretaña, Francia, Alemania, España y Bélgica.
La lucha de la nación india fue una de las más impactantes y llamativas que se dieron en la época, toda vez que alcanzaron la libertad sin guerras ni hechos de violencia por parte de los independentistas, debido que desarrollaron una nueva y extraordinaria estrategia de combate: la desobediencia civil por medio de la no violencia.
Con esta estrategia ideada por Gandhi, una de las naciones más pobres y sometidas del mundo derrotó a una de las potencias militares y económicas más importantes de la época: Gran Bretaña, quien tuvo que reconocer su independencia. La no violencia, derrotó a uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
Los conflictos regionales
El conflicto árabe – israelí
Durante la Segunda Guerra Mundial, una de las pocas naciones del mundo sin territorio propio, soportó la guerra de exterminio, que contó con una de las estrategias más bárbaras que hayan existido en el mundo, como fue la de los campos de concentración. En ellos fueron asesinados más de seis millones de judíos, al igual que otros tantos millones de personas que se opusieron al nazismo y al fascismo.
Una vez culminada la guerra, las Naciones Unidas encabezadas por los Estados Unidos y apoyadas por la OTAN, deciden crear el Estado judío en el lugar histórico donde se conformaron como pueblo en el Medio Oriente, lo cual dio lugar a un gran conflicto. Este se inició, entre otras causas, porque el terreno en donde se ubicó el Estado de Israel hacía parte de la nación palestina, que es un pueblo árabe; es decir, al problema territorial se le sumó un componente religioso y cultural, pues históricamente han existido diferencias entre el pueblo judío y el árabe.
Por eso, la decisión de ocupar territorios de Palestina fue considerado como un ultraje y una ofensa al pueblo árabe que es la inmensa mayoría en la región.
Aunque no se va a profundizar en los problemas religiosos, es de anotar que el conflicto entre árabes y judíos de acuerdo con la tradición, se remonta a los tiempos de Abraham. Según cuenta la historia, Abraham ante la esterilidad de su esposa decidió engendrar un hijo con su esclava. La situación cambió cuando su anciana esposa queda embarazada y el decide expulsar a su esclava del campamento. Es así que de la descendencia de Abraham y su hijo Isaac surge el pueblo judío, y del hijo de la esclava, surge el pueblo árabe.
El sólo hecho de albergar por la fuerza a un antiguo enemigo en su territorio es considerado por los árabes como una declaración de guerra, situación que se agudizará por los deseos expansionistas de Israel, que poco a poco se ha ido apoderando de casi todo el territorio de Palestina, y además, porque Israel en pocos años organizó el ejército más poderoso de la zona, lo que generó innumerables guerras.
No se puede perder de vista que el Medio Oriente es una zona de gran relevancia, no sólo porque allí surgieron las tres religiones más importantes y que más seguidores tienen, sino porque allí se produce casi el 80% del petróleo del mundo.
Crear un Estado judío en el corazón del islam, era una forma en que las potencias del mundo y en especial Estados Unidos, garantizaban su ingreso a la región por medio de un aliado fiel (Israel), para acceder a la comercialización del principal motor del que dependerá el mundo: el petróleo.
No pocos analistas rechazan la política expansionista del pueblo de Israel, pues afirman que muy pronto olvidaron los horrores del exterminio que sufrieron por parte de los nazis. Están haciendo algo similar con el pueblo palestino a quien no sólo han dominado y humillado, sino que han arrinconado a las partes más desérticas del antiguo territorio de Palestina.
La guerra de Corea
Se puede afirmar que la desgracia para el pueblo coreano había comenzado en 1910, cuando la península fue ocupada por Japón. Una vez fue vencido el imperio nipón y finalizó la Segunda Guerra Mundial, los coreanos sufrieron nuevas ocupaciones. Esta vez quienes cayeron sobre Corea fueron las grandes potencias de Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) que dividieron el territorio en dos partes: Corea del Sur, bajo dominio estadounidense, quienes pondrían en el gobierno a un duro dictador y Corea del Norte, bajo el yugo de la Unión Soviética.
Ante la imposibilidad de realizar elecciones para conformar un gobierno democrático que reunificara a la nación, debido a la renuncia del dictador surcoreano, Stalin, ve la oportunidad de extender su influencia a toda la península, por lo que apoyó una intervención militar de Corea del Norte para derrocar al dictador de la parte sur y de esta forma expandir la revolución comunista. La ofensiva resultó exitosa y los ejércitos norcoreanos atraviesan con facilidad el paralelo 38 que había sido pactado como frontera entre las dos naciones.
La reacción norteamericana no se hizo esperar, convirtiendo un conflicto regional en una guerra de grandes proporciones que obedecía, a las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
La guerra de Corea se convirtió en una guerra multinacional, porque Estados Unidos convocó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para pedir el apoyo que en pocos días contó con los ejércitos de 15 naciones, entre ellas, Colombia.
Para complejizar más la situación, triunfaba una revolución en China, liderada por Mao Tse tung, quien se unió a Corea del Norte, para lo cual envió tropas para hacer frente a la coalición internacional capitalista. Con estas acciones se convirtió en uno de los mayores conflictos de ese periodo. Fueron tales las proporciones que alcanzó el encuentro bélico, que el comandante del ejército estadounidense pensó en lanzar una bomba atómica para alcanzar el triunfo o al menos el final de la guerra que cada vez se veía más lejos.
En plena guerra, se produjo la muerte de Stalin que fue sucedió por Malenkov. Una vez asumido el poder suavizaría la política exterior soviética dando alguna posibilidad de paz en Corea; de igual forma, se daba un relevo en la presidencia de Estados Unidos, llegando al poder Eisenhower, quien también dio un giro a la política internacional del imperio, produciéndose de esta forma el clima propicio para las negociaciones de paz que pondrían fin al conflicto, en julio de 1953.