¿Quieres vender más
pero estás tratando de vender a las personas equivocadas? ¿Sabes realmente
quién es tu cliente ideal?
Muchos negocios lo
desconocen.
Una de las partes
más importantes para cualquier negocio es identificar el mercado
objetivo al que se dirige.
Si desconocemos
quiénes son nuestros clientes potenciales, ¿cómo podremos diseñar e
implementar una campaña de marketing eficaz?
De hecho, ¿te has
preguntado alguna vez si las personas sobre las que centras tus campañas de
marketing y con las que gastas tu presupuesto, están realmente interesados en
tu oferta?
Cuando estamos al
frente de un negocio, generalmente, estamos tentados a decir sí a cada
oportunidad que se nos presenta.
A veces incluso,
vamos en contra de nuestro instinto y aceptamos nuevos clientes y proyectos que
sabemos de antemano que van a causarnos grandes quebraderos de cabeza y lo
hacemos, simplemente porque queremos vender más.
Tipos de clientes
En algún momento de
este proceso, la mayoría nos damos cuenta de que sólo hay dos tipos de
clientes:
Clientes ideales
Los clientes
ideales son aquellos que reúnen las condiciones, características y retos que tu
producto o servicio puede resolver. Es un cliente que, digamos, tiene un
problema o carencia y busca resolverla; pues bien, tú tienes el producto o
servicio que necesita y tu oferta es la que más se acerca a sus deseos.
Tu empresa refleja
su personalidad y muchos de los valores e intereses que busca, por lo tanto,
nuestra empresa se acerca al perfil que necesita. El cliente
ideal sabe que su presupuesto se adapta a tus precios y considera que
valen la pena a cambio de la calidad de tu producto o servicio.
Clientes “menos
ideales”
Cuando descubres
esta gran verdad, te das cuenta de que encontrar a un usuario que se ajuste a
tu estilo, flujo de trabajo y que vaya a sacar lo mejor de ti, es lo más
importante para mantenerte sano y continuar disfrutando de tu trabajo o
negocio.
De esta manera,
existe un momento en el que hay que tomar una decisión difícil: optar por
invertir la mayor parte de tu tiempo en extinguir los “incendios”
creados por unos pocos clientes “menos ideales” y que te proporcionan
una parte de tus ingresos pero que, sin embargo, te drenan tiempo y energía.
O por el
contrario, optar por dejarlos ir y empezar a atraer el tipo de
clientes que te hacen adorar tu trabajo.
Ante esta
disyuntiva, no queda otra que decidir a qué tipo de clientes quieres atender y
a cuáles no.
En mi caso, los
últimos meses he dado mayor importancia a poder elegir con qué tipo de usuarios
quiero trabajar y a otros, simplemente decirles que no.
Pero esto,
inevitablemente, te lleva a la pérdida de una parte (o gran parte) de los
ingresos, a buscar una solución rápida a esta situación y a hacerte la pregunta
sobre la que cualquier negocio o profesional debe poseer una claridad
cristalina:
¿Quién es mi
cliente ideal?
Un cliente
ideal es un componente fundamental para avanzar con tu negocio y todo
lo que aprendas sobre él formará la base de todas las comunicaciones de tu plan
de marketing.
Pero seamos
sinceros, seguramente hayas preguntado a tus clientes quién es su público
objetivo.
Sin embargo,
¿cuántas veces te lo has preguntado a ti mismo?
No saber a quién
están tratando de atraer es un problema común entre los propietarios de
pequeñas empresas.
Luego nos echamos
las manos a la cabeza cuando los resultados que esperábamos no llegan, las
conversiones no mejoran y las ventas no aumentan.
Sin un perfil de
cliente ideal definido cualquier acción o estrategia que lleves a cabo será
genérica e ineficaz.
De nada servirá
establecer metas y objetivos para tu negocio si no sabes a quién quieres
atraer.
En cambio, la
situación será muy distinta si realmente sabes quiénes son las personas que
quieren y necesitan tu producto o servicio; aquellas con las que quieres
trabajar.
Cuando te diriges a
las personas adecuadas puedes afinar tu mensaje para
comunicarte directamente con ellos, enfocar tu estrategia y en
consecuencia, las suscripciones aumentan, la tasa de conversión mejora y
consigues vender más en tu negocio.
De hecho, cuando
comprendes a tu cliente ideal y conoces cuáles son sus deseos y necesidades, es
más fácil poder elaborar mensajes de marketing que sean más relevantes y tengan
mayor alcance.
Conocer la
personalidad de tu cliente ideal significa que puedes apelar directamente a las
personas que están buscando tu producto o servicio.
Por tanto, un
cliente ideal será aquella persona que compra un determinado producto o
servicio porque ha encontrado en él la solución perfecta a su problema o
necesidad y, además, cumple con estos 4 requisitos:
- Está
satisfecho con el producto o servicio que ha resuelto su problema o
necesidad.
- No
crea inconvenientes con el precio si este es justo y se adecúa al valor
que proporciona.
- Recomienda
el producto/servicio si el resultado que ha obtenido es el que esperaba.
- Se
convierte en comprador recurrente y fiel.
Solo cuando conoces
detalladamente a quién estás vendiendo puedes adaptar tus estrategias de
marketing y comunicación para atraer el tipo de clientes que quieres en tu
negocio.
¿Cómo determinar
quién es tu cliente ideal?
Teniendo en cuenta
las características que hemos visto anteriormente, antes de crear el perfil de
un cliente ideal, piensa en tus compradores actuales y trata de incluirlos en
alguna de estas 4 categorías, es lo que llamamos una "segmentación",
que nos ayudará más adelante a definir más claramente a nuestro cliente
ideal al que vamos a dirigir todos nuestros esfuerzos.
1. Cliente todo
gratis
Este tipo de
usuario es exigente y con un alto coste de mantenimiento. Su característica más
importante es que su objetivo es encontrar la forma de obtener los mismos
resultados de forma gratuita. Es mejor evitar este tipo de clientes, de lo
contrario se convertirán en tu peor pesadilla.
2. Cliente buscador
de gangas
Este cliente se
centra en cómo puede obtener la mejor oferta, así que, probablemente traten de
regatear tus precios. Dicho esto, si no te consideras un profesional “low-cost”
dispuesto a competir por precio, yo le evitaría.
3. Cliente
comprador de valor
De forma
diferenciada, este tipo de cliente, se centra principalmente en cómo puede
obtener buenos resultados a un precio justo y ve activamente el valor que tu
negocio le ofrece. Este arquetipo debería componer la mayor parte de tus
clientes, ya que, en general, respeta tanto su tiempo como el tuyo.
4. Cliente que
quiere resultados
Este cliente se
centra en los resultados. Si eres el mejor en tu campo y en lo que haces, estos
son tus clientes ideales. Este tipo puede ser muy lucrativo porque los
resultados prevalecen frente a otras preocupaciones, sin embargo puede llegar a
ser excesivamente exigente.
Si tenemos en
cuenta estos 4 arquetipos de clientes, mi consejo general es que el
mejor tipo de cliente ideal que puedes tener en tu negocio es el “comprador
de valor”.
Es el más fácil de
atender, causa la menor cantidad de molestias y verdaderamente valora el
trabajo que haces, por lo que tus esfuerzos no serán en vano e irán dirigidos a
satisfacer las necesidades específicas de un cliente ideal que es nuestro
objetivo.
Al definir tu
cliente ideal en base a estos arquetipos no significa que estés excluyendo a
nadie.
Simplemente
estás eligiendo dónde enfocar todos tus esfuerzos, tiempo y dinero.
¿Cómo definir el
perfil de tu cliente ideal?
Ahora que tienes
claro el tipo de clientes que quieres atraer en tu negocio, es el momento de
realizar una descripción en profundidad de tu cliente ideal.
El primer paso para
determinar cómo tu producto o servicio puede beneficiar a tu cliente potencial
es definir el perfil de tu cliente ideal.
Para empezar y como
hemos visto anteriormente, es muy importante tener una imagen mental clara de
la persona que queremos atraer.
Por tanto,
necesitamos recabar toda la información posible en torno a
ellos, toda esta información nos servirá posteriormente para crear el contenido adecuado, definir la
estrategia, la imagen de marca que queremos transmitir y la selección de
canales para su difusión.
Características
para definir al cliente ideal
1. Datos
demográficos
- Género
- Edad
- Localización
- Nivel
de Educación
- Nivel
de Ingresos
- Industria
/ Empleo
Pero, además, para
poder determinar dónde encontrarlo y cómo dirigirnos a él/ella, es necesario ir
un poco más allá con nuestra investigación.
2. Preferencias y
hábitos
- Intereses
- Pasatiempos
- Pasiones
- Tipos
de blogs que es probable que lea:
- ¿Qué
revistas lee?
- ¿Qué
le hace confiar en un blog/marca/fuente nueva?
- Libros
favoritos
- Aficiones
- ¿Qué
asuntos sociales le afectan?
- ¿Qué
haría en un día libre de trabajo?
- ¿Le
gusta viajar? ¿Dónde iría?
3. Hábitos sociales
- ¿Usa
redes sociales? Si es así, ¿con qué frecuencia?
- Twitter
- TikTok
- Facebook
- LinkedIn
- Instagram
- Youtube
- Pinterest
- Otras
redes sociales
- Email
- ¿Qué
red o canales es más probable que utilice para compartir información o
recomendaciones con sus amigos?
4. Factores
psicológicos
- ¿Cuál
es su necesidad o interés primordial en la vida?
- ¿Cuáles
son sus mayores preocupaciones o puntos de dolor?
- ¿Qué
le da miedo o le hace sentirse frustrado?
- ¿Cuáles
son sus deseos?
- ¿Qué
ambiciones tiene?
- ¿Está
satisfecho con su trabajo?
- ¿Y
con su vida?
- ¿Cuáles
son sus valores?
- ¿Qué
objetivos tiene?
- Si
compra tu producto, contrata tus servicios o lee tu blog ¿cómo le hará
sentir?
- ¿Qué
tipo de experiencia busca cuando se interesa por un producto o servicio?
Hay cientos de
características y descripciones que se pueden utilizar para crear y definir el
perfil de un cliente ideal.
Una buena sesión
de lluvia de ideas te ayudará a llegar a un análisis mucho más
profundo.
Contesta todas las
preguntas y luego selecciona aquellas que son cruciales para tus productos o
servicios.
Recuerda que cuanta
más información y datos recopiles sobre tu cliente ideal, sobre su vida
personal y profesional, más fácil será poder conectar con él.
Además, es probable
que, dependiendo del tipo o cantidad de productos/servicios a comercializar,
tengas que definir más de un perfil de cliente ideal.
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