jueves, 31 de mayo de 2012
La incursión de Alemania en la carrera colonialista (1883-1885)
Después de la unificación de
Alemania y de la consecuente conformación como potencia, la nueva
Alemania ya era capaz de
competir militarmente con Francia e industrialmente con Gran Bretaña. La rivalidad
con la primera produjo la guerra franco-prusiana de 1870-71, en la que Francia
fue derrotada, perdiendo las provincias de Alsacia y Lorena, que pasaron a
manos de los alemanes. Finalmente, ambos países decidieron apartarse de la
guerra y centrarse en la expansión colonial. Y aunque durante mucho tiempo
Bismarck no se mostró muy interesado en los asuntos coloniales, entre 1883 y
1885 cambió de actitud, declarando el protectorado alemán en cuatro regiones
africanas: Togo, Camerún, África oriental y África del suroeste. El repentino
interés de Alemania por las colonias se debió principalmente a la intención de
poder dominar la política internacional de las potencias europeas. Así, fue
Bismarck quien terminó dominando la primera parte de la carrera colonial, que
finalizó con la conferencia de Berlín en 1884-85: la conferencia preparó el
camino a los recién llegados a la escena africana, exigiendo que las reclamaciones
de colonias o protectorados en cualquier punto de la costa debían ser
notificados formalmente a las demás potencias participantes en la conferencia,
e insistiendo en que tales reclamaciones debían apoyarse en un grado de autoridad
suficiente sobre las zonas en cuestión. Esto puso fin a la idea británica de
conformar un imperio formal. La conferencia también decretó que instauraría la
libertad de navegación en el Congo y en el Níger, lo que en teoría frustraba
los intentos británicos de cerrar el Níger a los franceses y el Congo al rey
belga Leopoldo.
Así, los años 1883-1885
vieron a una Gran Bretaña controlada, sorprendida o dejada atrás sucesivamente
en una u otra parte de África. La anterior y extensa esfera de influencia británica
en la Baja Guinea se vio alterada por el protectorado francés en Dahomey (hoy
Benin) y por los protectorados alemanes del Togo y Camerún. La costa del Congo
y del Gabón, donde el comercio británico había florecido durante tanto tiempo,
fue dividida entre Francia y el rey Leopoldo. La unidad de regiones costeras
del África meridional, que habían sido dominadas por Gran Bretaña durante tanto
tiempo, se vio rota por un protectorado alemán sobre el sureste. El reino
Merina de Madagascar había firmado un tratado con Francia, pese al hecho de que
la influencia de los misioneros británicos habían representado un fenómeno muy
importante en la isla desde los años treinta. Y la antigua zona de imperio
informal ejercido a través del sultán de Zanzíbar en África oriental se vio
sacudida por las anexiones alemanas en el interior de Dar es Salan. Las únicas
bases que le quedaban a Gran Bretaña para tratar de rehacerse desde el punto de
vista imperial eran Egipto, las dispersas posesiones en el África occidental, y
las colonias autónomas del Cabo y de Natal en el sur.
El reparto de África sobre
el terreno
Es importante recordar que
las particiones que se habían realizado antes de 1891 se encontraban solamente
consignadas en un documento y aunque en la conferencia de Berlín se insistió
sobre el punto de que las reclamaciones territoriales sobre las costas de
África debían realizarse mediante una ocupación efectiva sobre el territorio,
la mayor parte de las reclamaciones por parte de las potencias se hacían por
medio de unos cuantos trozos obtenidos por los cónsules y por los cazadores de
concesiones.
A diferencia de los primeros
intentos de ocupación de los europeos en África, este último periodo de repartición
estuvo enmarcado dentro de un escenario bastante sangriento debido, en gran
parte, al constante choque de expediciones europeas y a la resistencia por
parte de algunos estados africanos, que aunque casi siempre superaban en número
a los ejércitos europeos no contaban con las mismas armas avanzadas que sus
rivales. En un primer momento se produjeron pequeños incidentes en África
occidental en El Congo. Más adelante se dieron las «pacificaciones» francesas
en Madagascar y Marruecos, la guerra entre Etiopía e Italia, y la reconquista
del Sudán.
En 1893 Francia creó
oficialmente las colonias de la Costa de Marfil y de la Guinea francesa. Ese
mismo año las tropas francesas penetraron en Dahomey (hoy Benin) y derrotaron a
su rey. Dahomey se convirtió en colonia de Francia en 1900. Sin embargo, la
mayor expansión francesa en África occidental se llevó a cabo en la cuenca del
río Senegal; desde 1879 los franceses ya habían tenido varios enfrentamientos
con el imperio de Ahmadu Sefu —el cual controlaba esta región— que finalmente
fue derrotado y Francia penetró en la cuenca del alto Níger, capturando Bamako
en 1883. Pero un manding musulmán llamado Samuri, de las regiones fronterizas
del interior entre la Guinea francesa y la Costa de Marfil, opuso fuerte resistencia
y finalmente fue derrotado en 1898, aunque sus tierras habían sido ocupadas
desde 1891.
miércoles, 30 de mayo de 2012
EL IMPERIO CAROLINGIO
Europa en el siglo VIII
Mientras
en el oriente el pueblo árabe amenazaba al Imperio Bizantino con su expansión,
en Francia se constituía el Imperio de Carlomagno, del cual surgieron más tarde
los primeros estados europeos.
Los
principales reinos bárbaros habían desaparecido en Europa occidental ante la
conquista de los bizantinos, y solamente se había consolidado un pueblo
germano, el de los francos, bajo la dinastía de los reyes Merovingios.
Pero
estos reyes perdieron poder y dejaron sus tierras en manos de los mayordomos o
representantes, quienes más tarde se convirtieron en los reyes del país.
Uno
de ellos fue Pipino de Heristal, quien logró dominar las discordias internas
del pueblo franco y gobernó con mucha energía.
Al
morir Pipino de Heristal, le sucedió Carlos Martel, gran jefe guerrero, quien
en el año 732 derrotó a los musulmanes en Poitiers, salvando a Europa de una
completa invasión árabe.
Carlos
Martel murió cuando se disponía a cruzar los Alpes para defender al Papa León
III contra los lombardos, quienes le habían arrebatado su territorio.
El
hijo de Carlos Martel, Pipino el Breve, quien le sucedió, derrotó
posteriormente a los lombardos, y el Papa, en recompensa, lo nombró como el rey
de los francos, en el año 751, iniciándose así la dinastía carolingia.
Carlomagno y la restauración del
Imperio
Pipino
el Breve, siguiendo la tradición del pueblo franco, dividió su reino entre sus
hijos Carlos y Carlomán, pero la temprana muerte de Carlomán permitió que
Carlos, quien luego sería llamado Carlomagno, heredara la totalidad del reino.
Carlomagno
reinó 46 años, del 768 al 814. Al asumir el trono tenía 26 años. Fue coronado
como emperador por el Papa León III en el año 800, y durante su gobierno
extendió el poder franco por todo occidente.
Posteriormente,
organizó la lucha contra los musulmanes en España y les arrebató un amplio
sector de los Pirineos.
La decadencia carolingia
Al
morir Carlomagno, en el año 814, dejó el Imperio a su hijo Luis el Piadoso,
conocido también con el nombre de Ludovico Pío. Aunque éste fue una persona
recta, no fue un gobernante enérgico ni lo suficientemente hábil para poder
conservar unido el Imperio. Sus propios hijos le hicieron la guerra para
destronarlo y repartirse el imperio.
Después
de la muerte del emperador Ludovico Pío, sus hijos continuaron las luchas por
la distribución del Imperio y por el título de emperador. Lotario, que era el
hijo mayor, pretendía imponerse y dominar sobre sus otros hermanos, pero éstos,
Carlos el Calvo y Luis el Germánico, se unieron y lo vencieron en la batalla de
Fontanet, en el año 841.
Para
evitar enfrentamientos entre sí, los dos hermanos aliados, Carlos y Luis, se
prometieron fidelidad en un histórico juramento llamado "de
Estrasburgo", en el año 842. Este juramento fue leído y escrito en dos
idiomas que acababan de surgir, el alemán y el francés, pues las tropas de Luis
el Germánico solamente hablaban alemán y las de Carlos el Calvo, que reinaba en
Francia, únicamente hablaban francés.
El tratado de Verdón
Poco
después, en el año 843, cuando Lotario vio perdida toda esperanza de apoderarse
del Imperio Carolingio, decidió pactar la paz con sus hermanos y se firmó el
tratado de Verdún, que dividió definitivamente el Imperio. A Carlos el Calvo le
correspondió Francia, con los ríos Escalda, Mosa y Ródano como límites
naturales. A Luis el Germánico le correspondió el sector al este del río Rhin,
Alemania y toda la región hasta encontrarse con los bárbaros eslavos del
oriente de Europa. Y para Lotario se creó el reino de Lotaringia, el cual
conformó una larga zona comprendida entre los ríos Ródano, Rhin y Mosa, y que
llegaba desde Italia hasta el mar del Norte. Actualmente aún se conserva una
parte de este territorio con el nombre de Lorena, el cual recuerda la antigua
Lotaringia.
El
tratado entre los hermanos tuvo consecuencias importantes para la historia,
porque a partir de él surgieron las diferencias nacionales entre Francia y
Alemania.
La
administración carolingia Carlomagno no solamente se preocupó por la expansión
del territorio sino que también se propuso dar una buena organización al
Imperio.
De
su administración se han conservado aproximadamente 50 "capitulares",
que son las disposiciones legislativas de la época. En ellas se daban consejos
a los funcionarios del Imperio, sobre la manera de administrar de una forma
eficaz su territorio respectivo. Este territorio podía ser un condado o un
ducado, y estaba dirigido por un caballero que recibía el nombre de conde o
duque, según el caso. Este organizaba los impuestos el reclutamiento de
soldados, y administraba justicia.
En
los sectores fronterizos estableció las marcas, que eran una especie de
gobiernos militares a cuya cabeza se encontraba un jefe con el nombre de
marqués.
Cada
condado y cada marca eran supervisados por los enviados del emperador, llamados
missi domini o enviados del señor, quienes inspeccionaban las provincias y
vigilaban de cerca a los oficiales.
Con
cierta frecuencia se celebraban grandes reuniones a las que acudían los
habitantes de la región y formulaban sus quejas por la mala administración o la
falta de justicia. Estas asambleas, que se realizaban dos veces al año ante los
funcionarios enviados por el emperador, y en las cuales se aprobaban las leyes
o "capitulares", recibían el nombre de "Campos de Mayo".
Economía
La
población del Imperio Carolingio fue escasa y la mayor parte de las personas se
dedicaban a la agricultura. Los centros de población o ciudades eran los
lugares en donde había una parroquia o un monasterio.
Las
técnicas agrícolas de entonces eran muy rudimentarias, lo que hacía que el
rendimiento de la tierra resultara muy bajo.
Las
bestias de labor, como caballos y muías, escaseaban y las herramientas
empleadas eran poco prácticas. Además, como el comercio estaba poco
desarrollado, los campesinos solamente sembraban para su consumo.
Los
cultivos más corrientes fueron habas, arvejas, lentejas y nabos, y los que se
cultivaron con más aprecio fueron el trigo y la cebada. Como existían grandes
extensiones de tierra sin cultivar, también se desarrolló la actividad ganadera
pero en baja escala.
La educación
Zjrante
el Imperio Carolingio se protegió y se organizó la educación.
E
emperador Carlomagno llamó a su corte a los sacerdotes más sabios de toda la
cristiandad y fundó con ellos la Academia Palatina o escuela del palacio, a la
que asistían los hijos de los servidores del Estado, los nobles y los plebeyos,
sin hacer ninguna discriminación de clase.
Carlomagno
se preocupó por buscar para la academia los hombres más cultos de la época,
entre quienes cabe destacar a Alcuino de York, la persona más importante del
Renacimiento carolingio, que es el nombre como se conoce esta época de interés
por la cultura. Otro personaje importante fue Juan Erígena, gran conocedor de
los pensadores griegos.
Al
mismo tiempo, en todo el Imperio se crearon escuelas parroquiales, en las
iglesias, y escuelas monacales, en los conventos.
Las
escuelas parroquiales enseñaban doctrina cristiana, lectura, escritura, cálculo
y gramática. Las escuelas monacales, se dedicaron a preparar a los sacerdotes y
monjes quienes, antes de Carlomagno, carecían de una formación adecuada.
Siguiendo
este ejemplo, también los aristócratas buscaron instruirse y transmitir la
cultura adquirida a sus hijos. Para esto, muchos encargaron tratados de cultura
y comportamiento. Entre estos últimos sobresalieron Los Espejos, puesto que
leyéndolos se podía corregir la conducta moral.
El
mismo emperador aprendió a leer y a escribir siendo ya adulto, y más tarde
llegó a hablar latín y a conocer el griego.
Actividades artísticas
Carlomagno
no sólo renovó la vida intelectual de su Imperio; también se preocupó por las
artes, al mandar construir numerosas iglesias y estimular el gusto por la
cultura clásica.
En
las construcciones se imitó el estilo romano y bizantino, como en la capilla
del palacio real en Aquisgrán, y la iglesia de la Cérea de Orleans.
En
esta época también se desarrolló el arte de las miniaturas, en especial las
obras realizadas por los monjes benedictinos quienes copiaban a mano los textos
de las grandes obras religiosas y de la antigüedad. Entre ellas sobresale la
Biblia de San Pablo, Extramuros; la Biblia de Carlos el Calvo; el Sacramentario
de Drogon; el Salterio de Utrecht...
jueves, 10 de mayo de 2012
domingo, 6 de mayo de 2012
ISLAM
Nos encontramos frente a
una cultura cuya vida social, familiar, educativa, judicial... están pautadas
por una religión que intenta racionalizar hasta las prendas de vestir. Esta
religión, el Islam, llevada a cabo con más o menos intensidad es, como todas
las culturas, merecedora de ser conocida por todos para poder admirarla,
respetarla y (en todo caso) criticarla debidamente, pues no resulta ético
juzgar aquello que no se conoce debidamente.
Para dar a conocer de la
mejor forma el modus vivendi de aquellas personas cuya religión es el Islam, se
ha dividido su cultura en diferentes ámbitos de vital importancia a fin de
ofrecer una información más precisa y elaborada.
1. LEY Y RELIGIÓN:
Es inevitable hablar de
religión cuando queremos conocer las leyes de aquellos países declarados
islámicos. Estos, basarán su jurisprudencia en base a lo que dictamine su
religión, o como ellos dicen, Al-Islam din wadawla (el Islam es religión
y Estado). El poder político y religioso son inseparables.
Para los musulmanes, su
ley y religión es el Corán, Al-Quran como ellos dicen, que significa “la
lectura”. Pero el Corán tiene una base más religiosa.
Como adaptación del Corán
a sus leyes, tienen la Sari'a
que para ellos sería como una Constitución del Estado donde se hallan los
derechos y deberes del hombre, la ciudadanía, los delitos, las penas...
Y por último, otra
adaptación del Corán a la legislación de las instituciones es la Sunna : la Sunna de su santo profeta
Mahoma, un marco jurídico y moral permanente que permite establecer y regular
las instituciones y las relaciones humanas>.
Para entender mejor este
sistema de leyes se ha confeccionado el siguiente organigrama intentando
establecer una similitud al sistema Español.
Los musulmanes tienen muy
claro (al igual que los judíos) que ellos son comunes a todos aquellos cuya
religión sea la suya, el Islam. El resto no forman parte de su comunidad puesto
que no creen en lo mismo y no comparten ni el mismo dogma (el Corán) ni la
misma lengua (el árabe).
Para un musulmán, su país
natal es el Islam porque es donde nacieron sus padres y su religión.
Según el Corán, hay una
serie de prohibiciones que deben tomarse como leyes base:
·
El vino
y toda bebida fermentada está prohibida.
·
La mano
del ladrón debe ser cortada. Pero nunca el miembro viril del fornicador ni la
lengua del blasfemo.
·
El
único pecado mortal es el asociar a Alá con otros Dioses.
2. RITUALES RELIGIOSOS: (IBADAT)
EL BAUTISMO: (XAHADA)
El bautismo es un acto
sencillo. Sólo se necesita recitar la
Xahada , que vendría a ser el Padre Nuestro de los católicos.
Ésta se recita del siguiente modo:
< ¡La ilá ila-la!
¡Wa - Muhammad
rasulu-lila! >
(No hay ningún Dios excepto
Alá y Mahoma es el enviado de Alá)
Esto debe ser recitado
ante dos testigos, y con sentir esto profundamente ya se está bautizado. No es
necesario un ritual, ni ceremonia, ni hacerlo en un lugar específico.
ORACIÓN: (SALAD)
El Salad consiste en 5 oraciones
diarias que debe hacer todo musulmán, tanto hombres como mujeres. Éstas deben
llevarse a cabo:
·
Al alba
·
Al
mediodía
·
Por la
tarde
·
Al
atardecer
·
Por la
noche (1hora y media después de la anterior)
Éstas deben realizarse del
siguiente modo:
·
Individualmente
·
En
árabe
·
En
estado puro (las mujeres no deben orar si tienen la menstruación)
·
Descalzos
sobre una alfombra y orientados a la
Meca
La limosna legal: u obligatoria. Es una forma de hacer sentir que los musulmanes son
una comunidad que debe ayudarse. Hasta los pobres forman parte del Islam.
El ramadán: Durante 29 ó 30 días no se puede fumar, beber, comer y tener
relaciones sexuales hasta la puesta de Sol. El sentido es el desprendimiento de
los bienes de este mundo por medio de la privación; una de las costumbres más
criticadas por los no-musulmanes.
El peregrinaje a la Meca : Una vez en la vida, todo musulmán (varón) debe ir a la Meca , lugar donde reposa la
piedra negra que lanzó Alá.
Esta ceremonia está
organizada y se lleva a cabo durante el 1er mes del año. El ritual es el
siguiente:
·
Dar 7
vueltas al santuario
·
El 9º
día se ha de permanecer rezando sin parar
·
Se
encienden 3 velas (para lapidar al diablo)
·
Se
sacrifica un cordero.
TEMPLOS: (MASJID)
El Islam no tiene
sacerdotes ni iglesias con altares, imágenes, confesionarios... La mezquita es
sólo un lugar de adoración y reflexión.
Los viernes al
mediodía los varones han de ir a la mezquita para rezar (como los domingos para
los católicos, o los sábados para los protestantes y judíos). La ceremonia la
preside el Califa (como el Cura de los católicos, el Pastor de los protestantes
o el Rabino de los judíos).
Las mezquitas son lugares
sagrados. Los hombres han de entrar descalzos, lavándose a la entrada:
·
La cara
·
Las
manos
·
Los
brazos (hasta los codos)
·
Los
pies (hAsta el tobillo)
·
Los
órganos sexuales (para limpiar impurezas como la orina o el esperma)
Las mezquitas deben
parecerse lo más posible al paraíso de Alá. Deben tener palmeras, fuentes con
abundante agua...
3. EL MATRIMONIO Y LA
MUJER :
La familia suele ser
extensa, patrilineal, endogámica; y en algunos casos, poligámica. El Patriarca
es el más viejo de la familia.
Aunque la Sunna exalta a la mujer
diciendo que “el paraíso se encuentra en los pies de las madres”, el hombre
representa el mando de la familia y la unidad religiosa. Cuando las mujeres se
revelan es porque los hombres han dejado de lado su tarea como hombre y han
perdido su virilidad volviéndose afeminados. Por ello son tan duros con sus
mujeres, porque la debilidad de ellas representa la masculinidad de ellos.
Casarse en un deber del
hombre. La mujer deja al padre y a la madre para unirse a la familia del
marido. El Corán da preferencia al hombre sobre la mujer:
<...amonestad a
aquellas que temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadlas...>
El marido de la mujer lo
escoge el tutor matrimonial de ésta, que puede ser su padre, o no. Normalmente
los maridos suelen ser los primos-hermanos de ella (por parte del padre).
El marido tiene una serie
de deberes hacia la mujer: ha de mantenerla, asegurar su subsistencia (casa,
comida, ropa, sanidad...). Puede tener hasta 4 mujeres siempre y cuando pueda
mantenerlas a todas. No obstante puede disponer de todas las concubinas que
quiera y pueda mantener también. Incluyendo los hijos de sus esposas y
concubinas.
La mujer musulmana no
puede casarse con un hombre no-musulmán. Pero el hombre musulmán sí puede
casarse con una mujer no-musulmana. Del mismo modo el hombre puede ser adúltero
con mujeres solteras (casadas no), pero la mujer sólo puede mantener relaciones
sexuales con su marido.
LAS MUJERES:
El conocido velo es
para las mujeres musulmanas la representación de su honra. Las hace
inaccesibles, puras, respetables. Los hombres no pueden verlas y con ello
imaginar situaciones impúdicas.
La clitoridectomía es
una operación que se lleva a cabo de forma bestial y con terribles
consecuencias. Hay 3 clases de circuncisión femenina, desde el menos doloroso
que respeta el placer sexual de la mujer, hasta el que extirpa todo el órgano
externo dejando sólo un agujerito del tamaño de una cerilla.
Estas costumbres no son
vividas con la misma intensidad por parte de todos los países musulmanes. Los
más rigurosos son Irán, Sudán, Arabia Saudita y Pakistán.
No obstante, en países
como Tunisia, están prohibidos el velo, el casamiento forzoso y la poligamia.
En Sumatra, las mujeres tienen los mismos derechos que el hombre, en otros
países la mujer puede casarse también con más de 1 hombre... Las cosas van
cambiando...
La diferencia básica de
los países árabes con el resto del mundo es que en Europa, América, Oceanía y
parte de Asia, nos encontramos con países cuyo Estado es Laico.
Todos los textos
religiosos son arcaicos y contienen muchas costumbres no compartidas por una
sociedad que ha evolucionado hacia la igualdad de las personas, el respeto a
los niños/as y la concepción de la vida humana como el bien más protegido.
Pero nuestras leyes,
códigos, decretos, constituciones, reglamentos... que defienden la persona no
parten de una sola verdad, sino que se van modificando a medida que el ser
humano evoluciona. En cambio, los musulmanes llevan a cabo su vida partiendo de
unas costumbres arraigadas de las que no se desprenden y que resultan, para el
resto de los países, salvajes y primitivas. Para ellos no cabe la modificación.
Es
como si en España siguieran con la Inquisición (que en su momento fue ley), en EEUU
con baños públicos para blancos y para negros (que también era ley), o el
derecho de pernada de los nobles europeos. El hombre comete errores, y saberlos
corregir es nuestra diferenciación con los musulmanes que no nos parece que
progresen (a excepción de países como Tunísia y Sumatra).
Es
un proceso largo, que conlleva tiempo. Pero tienen como modelo al resto del
mundo que cada día les exige que cambien su política de vida. Una religión
puede ser muy respetable, pero en el mismo instante en que” destruye la vida
humana” deja de serlo.
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