jueves, 5 de septiembre de 2024

América Latina y la Guerra Fría


 América Latina no escapó a las tensiones generadas por la Guerra Fría, máxime si tenemos en cuenta que las condiciones de pobreza en que han vivido muchas de sus naciones las hacen caldo de cultivo propicio para las ideas revolucionarias. Ante esta situación, Estados Unidos diseñó estrategias políticas, económicas y militares para evitar la expansión del comunismo en su zona de influencia más cercana.

Estas estrategias se transformaron en préstamos, asesoría militar, intervención militar directa, apoyo a dictaduras militares y civiles, y en general toda clase de intervencionismo en los asuntos internos de las naciones.

Sin embargo, todas estas medidas no fueron suficientes, pues la llegada de comunismo se presentó en una de las naciones más pequeñas y las que más sufría los rigores de la dependencia y la ocupación militar: Cuba. Esta pequeña nación caribeña se convertiría en la piedra en el zapato para Estados Unidos, al ser la primera y la única nación latinoamericana en realizar una revolución socialista que se haya logrado mantener en el tiempo, situación que lógicamente fue aprovechada por la Unión Soviética para extender su influencia hasta América Latina, convirtiéndose de esta manera, el continente en otra zona en la cual la Guerra Fría causará grandes estragos.

La Revolución Cubana 
Cuba era uno de los países de América que más sentía la influencia de los Estados Unidos, desde el mismo momento de su independencia a finales del siglo XIX, cuando se vio ocupada por los marines norteamericanos que “garantizaban” la emancipación de la metrópoli española. En 1898, la pequeña isla presenciaba el retiro y derrota de los ejércitos españoles y el ingreso de los ejércitos estadounidenses, que la convertirían en un protectorado, mientras los cubanos “maduraban” para asumir el poder en su nación.

De esta manera, Estados Unidos garantizaba hacerse a uno de los lugares estratégicos de gran importancia en América, al tiempo que aseguraba el suministro de un producto importante para su economía: el azúcar. Desde este momento serían los estadounidenses quienes decidirían el futuro económico y político de la isla, quitando y poniendo gobernantes que fueran cercanos a los intereses de la potencia.

Para los años cincuenta el gobernante de Cuba era Fulgencio Batista, un antiguo suboficial del ejército que había llegado al poder por medio de un golpe de Estado, y gracias a los altos niveles de corrupción existentes en la isla se había enriquecido convirtiéndose (con su familia) en uno de los dueños de los medios de producción más importantes de Cuba, superado sólo por los inversionistas norteamericanos.

Hacia 1953 surgió Fidel Castro un líder del movimiento estudiantil de la época, quien inició una lucha en contra de las injusticias sociales y de la dictadura de Batista. Al ver que las vías legales no eran suficientes para derrocar al presidente, organiza un grupo de poco más de medio centenar de jóvenes que planearán tomarse el poder por medio de las armas. De esta manera, con muy poco entrenamiento y con unas cuantas carabinas obsoletas, plantean un primer operativo para dar nacimiento a su movimiento. El objetivo sería el ataque a uno de los cuarteles más importantes del régimen, el batallón Moncada.

El resultado del operativo fue un desastre, pues su enemigo no sólo era un ejército profesional, sino que además, estaba muy bien armado, por lo cual sólo sobrevivirían unos 15 hombres que fueron rápidamente capturados. Entre los sobrevivientes estaba Fidel Castro y su hermano Raúl, quienes después de muchos esfuerzos de los partidos de oposición y de algunas organizaciones internacionales, fueron excarcelados con la condición de salir del país, por lo cual se asilaron en México.

Una vez instalados en la nación azteca, comienzan a reorganizar el movimiento con los sobrevivientes del Moncada e iniciaron un proceso de reclutamiento de personas que simpatizaban con el movimiento, al cual denominarán como “26 de julio”, en conmemoración a la fecha en que realizaron la fallida toma al Batallón Moncada.

Pronto alcanzarían los 82 combatientes que recibirían un somero entrenamiento militar en algunas zonas rurales de México, de donde tuvieron que salir por sus actividades subversivas. Entre los militantes se encontraban simpatizantes de otros países incluyendo un argentino, que tomaría tal relevancia en el movimiento que no sólo se convertiría en uno de los comandantes más destacados sino en uno de los revolucionarios más importantes de América Latina, su nombre Ernesto Guevara de La Serna, mejor conocido como el Che.

La salida de México la hicieron después de planear un impactante ingreso a Cuba, que realizarán a bordo de un barco. El plan era ingresar a Cuba sin ser detectados, para luego organizar levantamientos populares por toda la nación que los condujeran a la toma del poder. Las cosas no saldrían de acuerdo a lo planeado, debido a que con el poco dinero que habían conseguido no pudieron comprar un barco, sino una pequeña embarcación donde los 82 hombres tuvieron que acomodarse.

La poca potencia de los motores y su mal estado, hicieron que el viaje se demorará más del doble del tiempo planeado y no lograrán desembarcar en el sitio acordado. Por consiguiente, su plan fue descubierto y al llegar a cuba, los esperaban más de 35.000 hombres, media docena de buques y un número igual de aviones. El resultado sería similar al del ataque al Moncada, el grupo sería diezmado sobreviviendo menos de una veintena de hombres, entre ellos, el Che, Fidel, Raúl y Camilo “Cien Fuegos”.

Los sobrevivientes tuvieron que huir hacia la Sierra Maestra, en donde se reorganizaron hasta convertirse en un ejército, el cual en menos de dos años alcanzó tal nivel de combatividad, que derrotó al ejército regular y depuso al presidente Batista, quien huyó en la madrugada del 1º de enero de 1959, día en que triunfa la revolución.

La actitud de Estados Unidos frente al movimiento 26 de julio y la Revolución Cubana fue de expectativa, toda vez que el movimiento y sus líderes se habían autodenominado como una organización nacionalista. El problema se inició hacia 1961 cuando Castro nacionali la mayoría de las empresas, en especial las estadounidenses y declara que su revolución instaurará el socialismo en Cuba.

Respuesta de Estados Unidos 
Como respuesta, los Estados Unidos rompieron relaciones diplomáticas con Cuba, la hizo expulsar de la O.E.A (Organización de los Estados Americanos) e incitó a las demás naciones americanas a seguir su ejemplo (romper toda relación con el régimen de Castro).  

Para 1962 organizó y financió (junto con los cubanos que se asilaron y se fueron a vivir a Miami) una invasión a la Isla para derrocar a Castro. La incursión fue descubierta y todos los mercenarios fueron dados de baja o capturados.

La crisis de los misiles 
Ante el temor de una intervención o invasión directa de los Estados Unidos, Cuba pidió ayuda a la Unión Soviética, quien le suministró gran cantidad de armamento de alta tecnología, que incluía algunos misiles balísticos; cuando el gobierno de Castro estaba construyendo las bases de emplazamiento para los cohetes, estas fueron detectadas por los aviones espías norteamericanos, iniciándose el incidente conocido como la Crisis de los Misiles.

Una vez que los aviones norteamericanos detectan la construcción de las plataformas para los misiles, el presidente Kennedy ordena un bloqueo militar a la isla para impedir la llegada del arsenal nuclear, bajo la amenaza de atacar a cualquier embarcación que intente cruzar el bloqueo. Por su parte la Unión Soviética, envía una flota de naves que conducían parte de los misiles con destino a Cuba y manifestaron que cualquier ataque a su flotilla, sería interpretado como un ataque a la Unión Soviética. De esta manera, comienza un gran incidente entre las potencias que lanzaban mutuamente advertencias, por su lado, Estados Unidos afirmaba que si las naves soviéticas intentaban cruzar el bloqueo se convertirían en objetivo militar, y como se ha enunciado, la Unión Soviética manifestaba que cualquier ataque a sus naves se convertiría en un ataque a su nación. Así, comienza un proceso de negociación entre la Unión Soviética y los Estados Unidos para evitar la confrontación directa, pues esto podría desencadenar en el temido enfrentamiento bélico entre las potencias.

El tiempo pasaba y cada vez los barcos soviéticos se acercaban más al bloqueo militar norteamericano. Se dice que fueron largas horas de amenazas, negociaciones y angustia ante la inminencia de una posible tercera guerra mundial. A tan sólo unas pocas millas del temido encuentro, los presidentes de las superpotencias negocian, los soviéticos se comprometen a no dar armas de ataque a Cuba que puedan poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, y estos a su vez se comprometen a no invadir directamente a cuba ni financiar invasiones. De igual forma, la Unión Soviética se compromete a retirar algunos misiles de Europa del Este y al parecer se decide también, la construcción del muro de Berlín, para impedir las constantes intervenciones encubiertas de la OTAN en la Alemania comunista.

Si bien a la Cuba socialista le asegura su “sobrevivencia”, o por lo menos la no intervención militar directa de los países capitalistas, se afirma que las negociaciones se hicieron entre las potencias sin tener en cuenta a Castro, por lo cual los Estados Unidos, cambiaron el bloqueo militar por un bloqueo económico que tenía como objetivo “asfixiar” al gobierno rebelde de la Habana porque al principio no la dejaba comerciar con ningún país capitalista.

Las políticas norteamericanas contra el comunismo en América Latina 
Desde el mismo momento en que se inició la Guerra Fría, los Estados Unidos comenzaron a realizar una propaganda y una política anticomunista por todo América. Después de la Revolución Cubana, estas acciones se volvieron más agresivas, contando con varias estrategias de intervención que evitaran nuevas revoluciones comunistas en América Latina, entre las que se encontraban tácticas políticas, asesorías militares, ayudas económicas y cuando lo consideraban necesario intervenciones militares directas.

Alianza para el progreso 
Entre las estrategias anticomunistas estuvieron los préstamos de dinero a los países tercermundistas que se hacían con el fin de disminuir los impactos de la pobreza, por medio de la construcción de infraestructura, bien sea vías de comunicación, de viviendas o de empresas estatales productivas.

A nuestro país llegaron los préstamos norteamericanos, con los cuales se construyeron algunas vías principales de Bogotá y en la misma ciudad se construyó uno de los barrios más grandes: Ciudad Kennedy. De igual forma, con estos dineros se construyeron colegios y escuelas en las principales ciudades, que recibían a los desplazados de una de las tantas épocas de violencia que nos han afectado.

Un buen porcentaje de estos préstamos enriqueció a muchos gobernantes corruptos que como es costumbre, se apoderaron de estos dineros, haciendo privados la bienes públicos; de igual forma, estas “ayudas” saldrán costosas, pues muchos de estos dineros condujeron a que la deuda externa de los países aumentara, hasta volverse impagable, tanto por las grandes cantidades de dólares que fueron prestados, como por los altos intereses. El otro problema, estaba relacionado con la pérdida de autonomía de los gobiernos tercermundistas, debido a que la potencia condicionaba los préstamos a las naciones y les decía en cómo y en qué los debían invertir.

La Doctrina de Seguridad Nacional 
La otra estrategia anticomunista está relacionada con las medidas políticas y militares que las naciones debían implementar por orden de los Estados Unidos, que se conocieron como la Doctrina de Seguridad Nacional, y estaban destinadas a buscar el posible “enemigo” interno que tenía cada nación, en otras palabras, organizar medidas represivas contra los partidos y organización de oposición que fueran de izquierda.

Estas medidas incluían altas inversiones en la compra de armas y en estrategias de inteligencia para detectar posibles grupos comunistas. Por medio de la doctrina de seguridad nacional, los Estados Unidos organizaron golpes de estado cuando en alguna nación ascendía al poder presidentes que no eran del agrado de los norteamericanos, porque eran de izquierda o porque no comulgaban con las políticas económicas del imperio. Bajo esta estrategia, se fundó la escuela de las Américas, que era un campo de entrenamiento militar, al cual asistían personas escogidas dentro de las tropas de las naciones, para recibir instrucción sobre estrategias anticomunistas, que incluían entrenamiento en guerra de guerrillas, en inteligencia militar, e incluso en tácticas de tortura y desaparición forzada.

Chile, una revolución democrática 
Por lo general, los gobiernos socialistas en América Latina han subido al poder por medio de revoluciones violentas, derrocando dictadores. En Chile, en los primeros años de la década de los años 70, sube a la presidencia un gobernante socialista, que poco a poco inició un proceso de nacionalización de los recursos naturales que eran explotados por empresas extranjeras así como de las empresas de servicios públicos.

La novedad, estaba en que Salvador Allende de tendencia socialista, había llegado a la presidencia de la nación austral bajo las reglas de la democracia liberal, es decir, por medio de elecciones, lo que impedía una intervención directa de Estados Unidos, toda vez que había sido elegido democráticamente.

Esta situación era un traspiés para los intereses de los Estados Unidos que veían en esta situación un “mal ejemplo”. Por esta razón, apoyó un golpe de estado dirigido por el militar Augusto Pinochet, quien luego de asesinar al presidente Allende durante un bombardeo al palacio, iniciará una de las más violentas dictaduras militares de América Latina.

Esta no fue la única dictadura militar o civil, apoyada y dirigida desde la embajada norteamericana, fueron varios los gobiernos dictatoriales apoyados por los Estados Unidos, como estrategia anticomunista o como forma de asegurar que las naciones cumplieran los mandatos de la potencia de garantizar sus intereses económicos y políticos sobre los intereses de las grandes poblaciones de pobres de América Latina.

Dictaduras en América Latina 
Esta forma de someter a la oposición para quedarse con el poder y/o con los dineros del Estado, ha sido lamentablemente parte de la historia de nuestros países, pero este fenómeno se dio simultáneamente en América Latina durante la segunda mitad del siglo XX, con el beneplácito o el apoyo de los Estados Unidos, como estrategia anticomunista, de esta manera países como Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Haití, Nicaragua y Colombia se vieron afectados por esta situación que generalizó la violación sistemática de los derechos humanos, dando paso al fenómeno conocido como el terrorismo de Estado.

En el caso colombiano, algunos historiadores coinciden en que la dictadura fue acordada por los partidos tradicionales (liberal y conservador) como forma de finalizar una época de violencia iniciada por ellos mismos, pero que poco a poco se les volvió inmanejable, llegado a cometerse toda clase de atrocidades contra el adversario.

Invasiones en América Latina 
Las relaciones de Estados Unidos con sus vecinos siempre han sido de intervencionismo, unas veces “indirectas”, por medio de asesorías y apoyo militar, y otras veces por medio de la acción militar directa de los ejércitos norteamericanos siempre con la excusa de salvaguardar el orden en las naciones.

Esta estrategia de intervencionismo fue denominada como la política del “Buen Vecino” por los Estados Unidos, quienes consideraban que con ella “defendían” a las naciones de sus enemigos internos o los protegían de dominaciones externas, el inicio de esta política fue la intervención norteamericana en Cuba y Puerto Rico, con la excusa de apoyar la independencia, pero luego estas naciones quedaron bajo su poder; luego siguieron una lamentable lista de invasiones que salvaguardaban los intereses de los Estados Unidos sobre cada una de las naciones.




 







No hay comentarios: